El Real Madrid, a la final del Mundial de forma sobrada

Desde el primer momento se vio que el equipo de Ancelotti sabía lo que quería. El objetivo era no dilatar demasiado la apertura del marcador. De hecho, a los tres minutos de encuentro Cristiano Ronaldo estuvo a un paso de marcar tras una gran dejada de cabeza de Karim Benzema. El remate del portugués, dentro del área pequeña, lo consiguió salvar Corona en un paradón. Fue un aviso para los mexicanos que, eso sí, consiguieron responder en una buena acción de Rojas que no llegó a rematar Pavone cerca de Casillas.

El Real Madrid era el claro dominador del partido. Tenía la posesión y le daba ritmo al balón. Cuando no poseía el cuero la idea era clara, presionar arriba para intentar robar el cuero lo más cerca posible del área del cuadro mexicano. Así llegó una gran ocasión de Benzema a los 11 minutos de partido, pero el remate del francés se marchó lamiendo el palo.

El cuadro de Ancelotti ya se había aproximado al gol en un par de ocasiones y a la tercera iba a ser la vencida. Sergio Ramos, el hombre que llevó al Real Madrid a la Décima con su gol para forzar la prórroga en Lisboa, iba a volver a repetir suerte en este partido con otro gran cabezazo. En esta ocasión el centro de la falta lateral fue obra de un Kroos que sigue aumentando su capítulo de asistencias este curso.

Con la ventaja en el marcador, el Real Madrid tuvo unos 10-12 minutos en los que dejó exponerse al Cruz Azul. Los mexicanos tuvieron algo más el balón aunque sin generar peligro sobre el área de Casillas. Eso sí, los blancos devolvieron la moneda de la mejor forma posible, con un golpe en forma de gol. Una gran subida de Carvajal, que volvió a demostrar que está en una forma exquisita, terminó con centro al área para que Benzema al primer toque consiguiera marcar el 2-0. El partido empezaba a tener la etiqueta de sentenciado.

Sin embargo, el Cruz Azul tuvo una ocasión de oro para meterse en el partido. Un penalti bastante riguroso de Sergio Ramos sobre Pavone le podía permitir al cuadro mexicano acercarse en el marcador. Torrado tenía delante a Casillas, que afrontaba su segunda pena máxima consecutiva en los dos últimos partidos. Si en Almería el de Móstoles salió vencedor, en Marruecos volvió a repetir suerte adivinando el lugar del golpeo del ex jugador del Sevilla. Iker volvía a salvar un gol en contra del Real Madrid, seguramente un golpe psicológico mortal para el Cruz Azul.

Si esa parada de Casillas tenía un aporte psicológico importante algo parecido podría decirse de lo que sucedió justo después del descanso. Y es que apenas habían transcurrido cinco minutos de segunda parte y el Real Madrid ya estaba celebrando el 3-0, la rúbrica para la ‘muerte’ del Cruz Azul. Fue una jugada iniciada desde atrás por Isco, que fue acelerada por Benzema. El francés combinó con Cristiano Ronaldo que, desde la izquierda, la puso al segundo palo para que Bale, de cabeza, pusiera el tercero de la noche. La ‘BBC’ volvió a marcar un gol con pleno de participación de la totalidad de sus integrantes, muy al estilo del tercer tanto en Almería.

El tiempo seguía corriendo y el Real Madrid seguía dominando. La superioridad del equipo de Ancelotti era evidente en el marcador y también en las sensaciones. Parecía que lo único que quedaba por resolver era conocer cuál sería la diferencia final entre el campeón de Europa y el cuadro mexicano. Si Casillas había repetido su actuación de Almería en lo que a parar penaltis se refiere, Isco hizo lo propio, en este caso marcando. El malagueño venía de marcar un golazo en Liga y repitió suerte en este Mundial, esta vez en una acción dentro del área con un remate bien ‘envuelto’ junto al palo derecho del portero Corona.

El Real Madrid dejó patente que a día de hoy es el mejor equipo del mundo, goleó al Cruz Azul y consiguió su 21ª victoria consecutiva. El próximo sábado, ante el vencedor del encuentro entre San Lorenzo y Auckland, puede hacer oficial, título mediante, esa distinción de mejor club del planeta.