El Real Madrid gana sobrado y sin apretar

Tras unos minutos iniciales de tanteo en los que no hubo dominador claro, lo cierto es que el Real Madrid empezó a marcar su pauta. Con James, Kroos e Isco manejando la medular, el cuadro blanco aculaba en tablas a un Espanyol que se aferraba al 0-0 como si de un título particular se tratara. Apenas habían pasado 10 minutos de encuentro y Benzema ya había generado su primera gran oportunidad de marcar, un remate de volea desde dentro del área que impactó contra el palo izquierdo de la portería de Casilla.

La jugada del francés fue como el chispeo previo a la lluvia, ya que sólo un minuto más tarde el Bernabéu ya estaba celebrando el 1-0. Iba a ser una jugada con una gran apertura hacia el área de Bale, un control-asistencia con la izquierda de Cristiano Ronaldo y un remate llegando desde atrás de James Rodríguez a la red. Todo un golazo a pocos toques, pero cargado de precisión y generosidad.

El gol le cayó al Espanyol como una losa. Los de Sergio no consiguieron reaccionar y sólo veían más cerca la lona. El K.O parecía estar cerca, no tanto por la diferencia en el marcador, sino por las sensaciones que empezaban a dejar uno y otro. Una diferencia que se hizo aun más grande a los 28 minutos de partido. Ese fue el momento elegido por Gareth Bale para marcar uno de los mejores goles de la Liga, un lanzamiento de falta transformado en misil que se coló tras tocar el palo derecho de un espectador de lujo llamado Casilla. Tras unas semanas en las que había sido criticado, el de Gales tapó más de una boca con un golazo para guardar en vídeo.

Con todo más que controlado por parte merengue emergió una figura en el encuentro a la que nadie había invitado a la fiesta. Fernández Borbalán, que debía ver demasiado clara la victoria blanca, se sacó de la manga una expulsión a Coentrao en una pelea por un balón dividido con Cañas. Los dos jugadores fueron fuerte a por la pelota, sin ninguna mala intención. Sin embargo, el árbitro tenía ganas de salir en televisión y se ‘cargó’ al lateral blanco. Por cierto, también hubo una amarilla de propina para Cristiano Ronaldo por protestar la jugada. Un genio este Borbalán.

A partir de aquí a Ancelotti le tocó recolocar piezas para evitar sufrimiento alguno. Nacho e Illarra entraron al campo para dar algo más de control al equipo. De hecho, el canterano no se contentó con un papel secundario en el partido sino que fue protagonista máximo al marcar el tercer gol de la tarde gracias a un buen remate con la pierna izquierda tras un centro de Arbeloa al segundo palo. Y es que aun estando con un jugador menos el Real Madrid siempre dio la sensación de estar con varios cuerpos de ventaja sobre su rival.

El tanto de Nacho dejó definitivamente sentenciado un partido que en todo momento estuvo controlado por el Real Madrid y que viene a meter un poco de presión a Barcelona y Atlético de Madrid que se enfrentan este domingo en el Camp Nou. A la espera de ese encuentro, el Madrid es más líder en la Liga y la remontada copera, al menos moralmente, parece más posible.