Hace apenas unas semanas, en Alemania se daba por hecho que Odegaard jugaría en el Bayern. El futbolista noruego pasó unos días entrenando con el equipo de Pep Guardiola, que parecía tener convencido al joven jugador. Sin embargo, Florentino Pérez se interpuso en el camino del Bayern mejorando su oferta con la firme intención ya no sólo de traer a Odegaard a Madrid, sino también de evitar que fuera al conjunto alemán.
¿El motivo? Está muy claro. A Florentino Pérez no le hizo ninguna gracia lo sucedido el pasado verano con Xabi Alonso. El presidente del Real Madrid se sintió traicionado por el Bayern cuando el donostiarra pidió una salida del club merengue. El técnico catalán llamó personalmente a Xabi para convencerle de que se fuera con él a la Bundesliga y el vasco terminó aceptando y pidiendo el traspaso al club blanco. Florentino no le puso pegas debido a la gran profesionalidad demostrada en los cinco años que vivió como madridista, pero 'juró' tomarse la revancha.
Podría decirse que con el fichaje de Odegaard, la venganza ha tomado forma. El Real Madrid ha actuado con total limpieza, pero ha sobrepasado el límite de lo que pensaba ofrecer al noruego. Por ejemplo, tras conocerse que el Bayern lo tenía casi atado, el club blanco decidió acceder a la petición del joven de 16 años de trabajar con el primer equipo, algo que no estaba contemplado inicialmente. Florentino hizo todo lo posible porque Odegaard no terminara en el Allianz y lo logró.
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