Un ciclón de media hora prolonga la mejoría del Madrid

Debido a las ausencias por sanción y a alguna rotación, el equipo inicial del Real Madrid fue menos habitual del de costumbre. Eso sí, equipo de máximas garantías con jugadores como Keylor Navas, Arbeloa, Jesé o Chicharito. Para ganarle al Eibar y seguramente aspirante a cotas más altas si fuera necesario.

El Real Madrid tardó unos 15 minutos en romper a sudar. Fue en ese momento, a partir del minuto 18 para ser más precisos, cuando al Eibar le empezaron a entrar los siete males en este partido. No en vano, el primer aviso serio de los locales fue una doble ocasión que tuvo el mismo final, los palos. Primero fue Sergio Ramos, a la salida de un córner, el que se encontró con el larguero tras un leve toque del portero del Eibar. Y fue tras ese mismo rechace cuando Isco tuvo la típica carambola que seguramente todo profesional odiaría, es decir, que un remate tuyo golpeé primero contra un palo y tras pasearse por la línea de gol, toque en el otro y no termine por entrar. Un malabarismo malvado el que le hizo el balón ahí al Real Madrid. Eso sí, el gol estaba cerca. Muy cerca.

De hecho, apenas pasaron tres minutos entre el doble susto blanco y el 1-0. Iba a ser Cristiano Ronaldo, en un lanzamiento de falta con efecto, el que sorprendería a Irureta para abrir la lata en el Bernabéu. El portugués continuó con su racha goleadora y volvió a marcar de falta directa, un aviso serio para lo que le puede esperar el próximo martes en uno de sus estadios ‘favoritos’, el Calderón.

El gol de los blancos, lejos de relajarles, lo que supuso fue un chute de adrenalina que dio con varias ocasiones de peligro. El propio Cristiano tuvo una muy clara al minuto de marcar, pero no acertó a rematar en el segundo palo un gran centro de Chicharito en una jugada arrancada con la genialidad en el pase al primer toque de Luka Modric.

A pesar de que el segundo tanto del partido se empezaba a mascar, lo cierto es que pasada la media hora de encuentro se haría realidad. Una buena subida de Arbeloa por la banda derecha, con centro magnífico al primer palo, encontró la cabeza prodigiosa de Chicharito Hernández que puso el balón junto al palo largo de la portería. Un golazo de gran cabeceador, de los del ‘9’ de toda la vida. El primero del mexicano en el Bernabéu, por cierto. Más chute de adrenalina para público y jugadores. El Bernabéu se divertía.

En la segunda parte sí que hubo un cambio de marcha evidente por parte del Real Madrid. El partido de Champions del próximo martes en el Calderón era difícil de obviar. Aun así, y la diferencia de velocidad, lo cierto es que el Real Madrid siguió dominando el partido sin que Keylor Navas pasara excesivos apuros, más allá de un golpe que tuvo con Pepe en un ataque del cuadro visitante mediada la segunda parte.

Después de que un ciclón de 30 minutos arrasara a los armeros en el primer acto, el segundo tiempo fue de mayor contención. Aun así, los de Ancelotti generaron buenas ocasiones de peligro. Cristiano Ronaldo con un disparo con la diestra dentro del área y un remate cerca de la frontal del área pequeña de Chicharito que sacó un defensa bajo palos fueron dos buenas muestras de que el Real Madrid no le hacía ningún tipo de ascos a lograr el tercer tanto.

El Real Madrid se había metido en los 91 goles en la Liga después de los tantos de Cristiano Ronaldo y Chicharito. Sin embargo, esa marca no se quedaría ahí tras el partido con el Eibar. Y es que uno de los jugadores más necesitados de minutos, ritmo y goles, el canario Jesé Rodríguez, resolvió de forma magistral un mano a mano con uno de los defensores del Eibar para terminar rematando cruzado el que sería definitivo 3-0. El Madrid volvió a golear, sigue cumpliendo sus retos ligueros, y ahora aborda el retorno de la Champions en su mejor momento de forma de los últimos meses. El madridismo vuelve a gozar, máxime tras el pinchazo del Barcelona en Sevilla. La Liga, para los blancos, se pone a dos puntos. Y queda lo mejor.