El Piponazo

Higuaín sentencia el derbi de penalti en el 96. Clos Gómez, patético, metió en el partido a un Atlético que empató en el 90. Van Nistelrooy adelantó a los blancos a los 35''






Fue un triunfo merecido pero agónico, de penalti (justísimo) y en el último minuto, aunque gracias a la patética actuación de un colegiado, Clos Gómez, que anuló tres goles a los blancos, que no quiso expulsar a Maniche ni a Assunçao y que decantó la balanza durante todo el partido descaradamente a favor del Atlético, no fue más cómoda. El aragonés fue el patético en un partido intenso y si la FEF no tuviera la consigna de que esta Liga la tiene que ganar quien quieren que la gane, el resultado hubiera sido abrumador a favor de los madridistas.

El Madrid marcó en el primer minuto, la tradición manda. Fue Van Nistelrooy en 35 segundos, aprovechando la desidia de Leo Franco y de Heitinga. Y mirándolo tras el partido, gracias a que el holandés disparó desde fuera del área, porque el tal Clos lo hubiera anulado seguro si llega a ser desde cualquier otra posición. ¡Grande Ruud! Los de Schuster, además, golpeaban a placer a un equipo peripatético que parecía un pelele en manos de los blancos.

Si el Madrid golpeaba a base de fútbol, el Atlético, como siempre ha hecho históricamente, sólo lo hacía a base de mamporros. Con la aquiescencia de un patético Clos Gómez, el verde rojiblanco se convirtió en la trastienda de un matadero. Maniche y Assunçao repartían estopa por doquier apuntando, además, al tobillo del pie de apoyo. El primero en desfilar al vestuario fue Perea, quien literalmente le reventó la nariz a Sneijder para ver la roja directa. Más que la expulsión, el colombiano merecía pasar por chirona porque su agresión fue precisamente eso, para hacer daño y cargarse al holandés, todo un ejemplo de deportividad.

Con Clos ya metido en faena, jorobando al Madrid en todas sus acciones de ataque (dos goles anulados que eran legales a Van Nistelrooy y a Raúl y una jugada en la que, ésta vez sí, pitó una falta para sacarle tarjeta a Raúl García cuando Higuaín se plantaba mano a mano contra Leo Franco), decidió que el siguiente expulsado iba a ser Van Nistelrooy. Al holandés entró con demasiado ímpetu a Maniche y el aragonés le mandó a la calle, hay que ganarse la (buena, sic) fama que tiene en la Federación barriendo hacia el lado de siempre.

El Madrid puso, además, el poco fútbol que se vio sobre el césped en cuanto los atléticos sacaron la guadaña entre los olés de su público. Sneijder anduvo sensacional, como siempre, dándole un dinamismo al juego blanco que todo el mundo echaba en falta. Mención especial merece Marcelo, quien se marcó un primer tiempo espectacular en ataque y defensa, para desesperación de sus críticos. Casilas, excepto en algún tiro lejano de los rojiblancos, tampoco fue exigido en exceso.


SOBERBIO PEPE.

Aunque nada más comenzar la segunda mitad tuvo que ver cómo un zapatazo cruzado de Banega salió lamiendo su poste derecho, igual que diez minutos después hizo el Kun. Entre medias, Leo Franco desbarató, aún no sabe cómo, una doble ocasión de Higuaín y De la Red que volvió a demostrar que el Madrid siempre va a por el partido y que no especula jamás, pese a que la entrada de Simao puso algo más de mordiente en las filas rojiblancas.

En ese tramo, la figura de Pepe comenzaba a erigirse en la zaga blanca: el portugués estuvo otra vez soberbio en la anticipación, en la colocación, en el corte, en el juego aéreo... Junto con sus compañeros de zaga, estuvo impecable, cortando casi todas las intentonas atléticas en la segunda parte (excepto un par de errores con el partido agonizando), cuando la desesperación les hizo apretar de lo lindo aunque sin acierto ante la meta de Casillas, viéndose con posibilidades gracias a la labor arbitral en el primer tiempo.

Pero las luces, tras el parón por los partidos internacionales y los innumerables kilómetros "made in FIFA" de casi todos los protagonistas sobre el césped hizo mella: el partido se volvió anárquico, pelotazo va y pelotazo viene, parecía que mandaba el Atleti pero sin presencia ofensiva, y el Madrid llegaba más fácil pero sin puntería. Otro gol anulado a Raúl, por una "minifalta" del capitán sobre Assunçao que fue otra vez de chiste, dejó al Atleti aún soñando con la machada a falta de nueve minutos.

Simao simuló un penalti ante Pepe por ver si el árbitro seguía barriendo para casa, sin suerte, y luego le metió un mamporro a Ramos con el que le sacó la amarilla al camero, otra vez la carnicería en pleno para ver si sonaba la flauta y de paso lesionaba a un par de blancos. Leo Franco, de nuevo, salvó otra doble ocasión blanca a pies de Higuaín y Van der Vaart justo antes de que Simao empatara en el 90 de falta directa.

Los palos del Atlético, un equipo que no sabe hacer otra cosa que repartir y de jugar al fútbol no tiene ni idea, y la descaradísima parcialidad del colegiado no fueron obstáculo para que no pudiera señalar un penalti de juzgado de guardia de Heitinga sobre Drenthe. Higuaín lo metió, con suspense, pero acabó dentro. Tres puntos al zurrón y el Atleti que ya debe comenzar a mirar el descenso con esos ojitos que dios le ha dado.

LA FICHA DEL PARTIDO


1 - Atlético: Leo Franco; Perea, Ujfalusi (Luis García 70"), Heitinga, Pernía (Simao 46"); Assuncao, Banega, Maniche, Raúl García (Antonio López 38"); Forlán y Agüero.

2 - Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Marcelo; De la Red (Javi García 78"), Gago, Sneijder (Van der Vaart 67"); Higuaín, Raúl (Drenthe 85") y Van Nistelrooy.


Goles

0-1 (35""): Van Nistelrooy aprovecha indecisión de Heitinga para revolverse y batir a Leo Franco con la derecha y desde fuera del área.

1-1 (89"): Simao, de falta directa.

1-2 (96" ): Higuaín de penalti.

Árbitro: Clos Gómez, colegio aragonés. Expulsó a Perea (30") con roja directa tras reventarle la nariz a Sneijder de un manotazo y a Van Nistelrooy (39") por derribar a Maniche. Amonestó a Perea (8"), Raúl García (37"), Assunçao(46" ), Hetinga (78") y Ramos (86").

Incidencias: Estadio Vicente Calderón. Los ultras atléticos sacaron pancartas de ideología neonazi antes de que comenzase la segunda mitad.