Y es que Bale fue el gran artífice de la mayor parte de peligro generado por el Real Madrid en el estadio del Wolfsburgo. El galés se mostró fino, muy veloz y especialmente preciso en sus centros. Cuando más quemaba el balón porque no se generaban ocasiones, durante la segunda parte, Bale se convirtió en el faro del ataque del Madrid y de él salieron varias de las mejores jugadas ofensivas del cuadro de Zidane.
El Wolfsburgo se dio cuenta del peligro que estaba suponiendo Bale para sus intereses y terminó cerrando esa vía de alimentación para el ataque blanco. Vieirinha pasó de lateral ofensivo a jugar como interior, con un jugador por detrás de él con el único fin de hacerle siempre un dos contra uno al ‘11’ del Real Madrid.
Las buenas sensaciones de Bale en el partido son una parte de las esperanzas que tiene puestas el madridismo en conseguir la remontada el próximo martes en el Bernbéu. Si Bale está bien, el Madrid aumentará sus opciones de gol y por ende también sus posibilidades de clasificación para las semifinales de la Champions.
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