Las suspensión de Balaídos da unas 'minivacaciones' al Madrid

La plantilla estará hasta 13 días sin disputar un solo partido


Pintus en una sesión de etnrenamiento

Pintus en una sesión de entrenamiento




Si los blancos hubiera superado al Celta de Vigo en Copa y el choque de este domingo no se hubiera suspendido habrían tenido que afrontar hasta tres duelos en estas dos semanas. Sin embargo, por una cosa y por otra al final la plantilla ha visto cómo se quedaba sin compromisos entre el 29 de enero - fecha de su último partido ante la Real Sociedad - y el 11 de febrero - día en el que jugará en Pamplona ante el Osasuna-. En total, unas 'minivacaciones' de 13 días que se espera que le vengan muy bien a los futbolistas ahora que va a empezar lo verdaderamente importante.

Y es que lógicamente el club y el madridismo hubieran preferido poder jugarlo todo, en especial las semifinales de la Copa del Rey. Pero una vez que la eliminación está consumada no queda otra que analizar las cosas por el prisma positivo y constatar que estas casi dos semanas de descanso han llegado en un momento ideal. Más que nada porque el equipo llevaba cerca de 20 días mostrando algo de cansancio, principalmente desde su victoria ante el Granada en el Santiago Bernabéu por 5-0.

Una situación poco habitual y con sus 'pros' y 'contras'

Así, Zidane y su cuerpo técnico están pudiendo aprovechar para trabajar duro en estos 13 días en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Cuando el francés tuvo anoche la confirmación de que el encuentro de Balaídos se suspendía no lo dudó ni un segundo e inmediatamente dio la instrucción de que toda la plantilla se entrenara en Valdebebas en la mañana de este domingo. Para él lo fácil y lo sencillo hubiera sido dar descanso a todo el mundo en este último día de la semana y dejar que los jugadores pasaran la jornada en familia. Pero él no ha querido perder la oportunidad y ha aprovechado la jornada para avanzar algo en el trabajo.

De hecho, ahora el entrenador tendrá que lidiar con uno de los 'contras' de no jugar en casi dos semanas. Y es que aunque el equipo va a estar más descansado, también va a perder algo de ritmo de competición. Una situación peligrosa si se tiene en cuenta que en 10 días tocará recibir al Nápoles en el Santiago Bernabéu. Un equipo italiano que viene lanzado tras las últimas semanas como demuestra el 1-7 que logró el sábado ante el Bolonia.

Así que el Real Madrid se presentará en la ida de Champions habiendo jugando un solo partido - el de Pamplona - en los últimos 17 días. Lo que supone un 'arma' de doble filo que Zidane deberá gestionar de la mejor forma posible a través de intensos entrenamientos en Valdebebas y de un plan específico de preparación física. Hasta el momento el preparado físico merengue, Antonio Pintus, había preparado todo para llegar a tope a este duelo ante el Nápoles, pero no cabe duda que los últimos acontecimientos le han cambiado algo las previsiones.

Un tramo final de temporada infernal

Todo ello sin olvidar que tras este pequeño parón el Real Madrid no tendrá más 'descanso' hasta final de temporada. Siempre y cuando aspire a ganar Liga y Champions, ya que una vez que comience la eliminatoria de Champions ante el Nápoles el calendario empezará a comprimirse. Y parte de la culpa la tendrán sus dos partidos aplazados pendientes, ya que el 22 de febrero deberá jugar en Mestalla ante el Valencia el partido que no disputó en diciembre por el Mundial de Clubes. Choque al que hay que sumar el de Balaídos, aún sin fecha definitiva y que en el peor de los casos podría acabar jugándose en mayo.

En total, y siempre y cuando llegara a la final de la Champions, los de Zidane tendrían que jugar 26 partidos en algo menos de cuatro meses. Lo que equivale a uno cada 4,5 días. Un dato demoledor que obligará al Real Madrid a estar lo suficientemente preparado física y mentalmente como para poder salir victorioso del reto. Y gran parte de ello dependerá de que esta semana pueda hacer un trabajo físico idóneo para afrontar todo lo duro que está por venir.