Es el momento para criticar al equipo madridista y hablar, de nuevo, de malos rollos y meter cizaña en el vestuario debió pensar Don Balón. En un acto más de su particular ‘club de la comedia’ y que podría dirigir Woody Allen bajo algún llamativo titular que incitase a la irrisión. “Limpieza bestial”, “pacto después de una bronca interna” “plantones” y un largo sinfín de noticias para atacar al líder (con un partido menos) en su momento de gloria tras caer en Valencia.
Sucesión de mentiras
Da igual lo que suceda posteriormente. En Barcelona tienen claro que el Real Madrid se desprenderá de Isco Alarcón en verano, de James Rodríguez, de Morata, de Keylor Navas, de Pepe, de Coentrao o de Mariano, por ejemplo. Tienen claro que habrá desbandada en Chamartín y que la plantilla se quedará sin efectivos. Debe doler tanto la ‘madriditis’ aguda cuando las cosas van bien en el Real Madrid e incluso el equipo es líder de la Liga sin jugar en Balaídos, por motivos ajenos al club. Buscan enfrentar a Sergio Ramos con Zinedine Zidane porque saben que entre el capitán y el entrenador está la base del buen ‘rollismo’ que se respira por la Ciudad Real Madrid de Valdebebas. Atacan a James Rodríguez e Isco Alarcón porque saben que en ellos estarán todos los ojos de media Europa puestos en verano.
Y no se saldrán con la suya. Siempre que pierde o se deja puntos el Real Madrid ya se suele hablar de “crisis interna” y demás calificativos paupérrimos que solo pretender hurgar en una herida auto criticable y de la que no ‘pintan’ ellos nada. No caigan en la trampa, madridistas. Huele mucho que siempre suceda lo mismo y en las mismas circunstancias de siempre. Cuando los merengues ganan, el objetivo de los ‘antis’ es ir a por ellos sin piedad haciendo uso de la inventiva sea como sea. Cuando los blancos pierden el objetivo es el mismo y buscan razonar ‘dentro de su lógica’ para poder atizar al Real Madrid también sin contemplaciones y poder colmarse de gloria.
Viven escondidos con los éxitos del Madrid
El año pasado vivieron completamente escondidos con un final de temporada impecable y conZinedine Zidane de entrenador. 6 meses que como si de un parto se tratase dolieron mucho al barcelonismo y al antimadridismo en general. Se terminó con una Copa de Europa en las vitrinas del Bernabéu y la cosa prosiguió hasta final de 2016 con un final de año brillante sin derrotas ni sobresaltos. La cosa se torció en Sevilla, en el Pizjuán y se remató ante el Celta de Vigo (tres derrotas que hicieron mucho daño en el seno madridista). En esos tiempos ya se hablaba de “fin de ciclo” de un Madrid “acabado” y ya se vendía a media plantilla merengue por haber perdido dos encuentros.
Con la derrota ante el Valencia las “alarmas” y las “ventas” ya han comenzado. A los líos desestabilizadores de pactos en el vestuario (inexistentes) les ha salido la competencia con la “limpieza masiva” y los problemas en Chamartín. Un nuevo y lamentable episodio que demuestra una y otra vez el complejo de inferioridad del antimadridismo con el mejor club del mundo. El 2-1 en Mestalla ha servido para que salgan de nuevo todos los críticos y empiecen a pedir cabezas de jugadores, directivos y cuerpo técnico del equipo. Nada nuevo bajo el sol, siempre la misma historia y las mismas falsedades. No pueden, ni podrán acabar con el mejor equipo de la historia del fútbol. Algo que les duele y mucho es la grandeza y la facilidad que tiene el Real Madrid de levantarse tras un K.O mortal, tras el encuentro de Valencia el equipo sigue líder y con un partido todavía por disputar. Mientras ellos rabian, el Madrid cabalga…
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