Los inicios de Luka Modric no fueron fáciles. Durante sus primeros meses le costó entrar en el once titular y algunos que fueron de listos no dudaron en afirmar que la llegada del croata había sido un error. Eso sí, el balcánico no tardó mucho en mandar a todos esos 'listos' a la cueva. Y es que su primer gran momento con la camiseta del Real Madrid tuvo lugar en Old Trafford. En el Teatro de los Sueños. Un gol que culminó la remontada merengue frente al Mancghester United. Tan solo fue el principio.
Algo más de un año después, Luka Modric volvió a vivir un momento mágico. Otra vez en la Liga de Campeones, pero en esta ocasión en al finalísima de Lisboa. El centrocampista croata fue el encargado de ejecutar el saque de esquina que remató Sergio Ramos al fondo de la portería de Courtois. Era el minuto 93 y el Real Madrid empató la final. En la prórroga todos sabemos lo que ocurrió. 4-1 y la Orejona a Cibeles. Aunque todos los elogios, evidentemente, se los llevó el camero, de no ser por Modric, quizá nunca se hubiera producido aquel remate del ahora capitán merengue.
Otro momento importante, en este caso negativo, de Luka Modric en el Real Madrid fue su lesión. Tras un inicio de temporada increíble durante el segundo año de Ancelotti en el banquillo, el '19' se lesionó y el conjunto merengue se hundió. El mago croata estuvo fuera casi cuatro meses y los de Chamartín no consiguieron ganando nada aquel año cuando parecía que nadie era capaz de vencer a aquel equipo. Cuando se recuperó, el Santiago Bernabéu le dedicó una sonora ovación y desde entonces, cada vez que Luka tiene un 'resfriado' el madridismo se echa a temblar.
También es mítico su golazo en Los Cármenes. Ya con Zinedine Zidane en el banquillo del Real Madrid, Luka Modric salvó a los blancos en el partido que los blancos disputaron en Granada el curso pasado. Con la llegada del francés el cuadro merengue intentó agarrarse al tren de la Liga, tanto que acabaron la temporada a tan solo un punto del Barcelona. Sin duda, que aquel golazo a falta de cinco minutos contra el conjunto andaluz fue fundamental para que los de Chamartín se mantuvieran vivos hasta el final. La celebración de ese gol es el mejor ejemplo de lo importante que era.
Quizá, el último gran momento de Luka Modric, hasta la fecha, en el Real Madrid fue su renovación. El croata será futbolista merengue, como mínimo, hasta el año 2020. Su ampliación de contrato fue celebrada por el madridismo como si de un título se tratara. A sus 31 años, Modric es uno de los pilares del actual campeón de Europa. Es cierto que los focos suelen centrarse en los Cristiano Ronaldo, Gareth Bale o Sergio Ramos, pero sin duda que Luka también es uno de los futbolistas más importantes de cuadro merengue.
Ya son 200 partidos con la camiseta del Real Madrid en sus cuatro temporadas y media. Con todos los entrenadores que ha tenido ha sido indiscutible. Mourinho, Ancelotti, Rafa Benítez y ahora Zinedine Zidane han tenido la suerte de entrenar a un crack de estas dimensiones. Además, dentro del vestuario es uno de los más queridos.
Quizá sus mejores amigos dentro del plantel sean Sergio Ramos y Mateo Kovacic. De hecho, con el camero ha compartido más de un viaje. El croata ha visitado la finca del capitán en Sevilla y el andaluz ha viajado al país balcánico para conocer los orígenes de Luka. Una amistad que se ha forjado con el paso de los más de cuatro años que lleva el '19' en la capital de España.
La única 'pena' que puede tener el madridismo es que fichara por el cuadro merengue con casi 27 años y no antes. Siempre es poco tiempo cuando se trata de uno de los mejores centrocampistas de la historia del Real Madrid.
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