Kovacic se tapa la cara en el partido de Leganés
Uno de los futbolistas que mejor ha sabido ganarse a Zidane en los dos años que lleva este en el banquillo ha sido Mateo Kovacic. El croata nunca ha tenido fácil ser titular en el Real Madrid, pero con una mezcla de calidad y trabajo ha conseguido, poco a poco, convencer al técnico para convertirse en uno de los imprescindibles de su plantilla.
El balcánico es uno de los futbolistas que cada verano genera más interés en los clubes europeos. Pero siempre que el
Real Madrid recibe una llamada para preguntar por él, da la misma respuesta: Kovacic es intransferible. Y es que a sus 23 años tanto
Zidane como el equipo español le ven como uno de los recambios naturales de su compatriota
Modric, por lo que se podría decir que su rol es el de quinto centrocampista de la plantilla tras el propio
Luka, Kroos, Casemiro e Isco Alarcón.
El propio técnico así lo demostró el pasado verano, cuando recurrió al ex del Inter para los duelos más importantes de la pretemporada, incluidas las dos
Supercopas. De hecho, para el recuerdo quedarán los dos marcajes que
Kovacic le hizo a
Messi en el torneo español, pues logró 'secar' por completo al argentino y se convirtió en un hombre clave para que el
Real Madrid lograra el título de forma brillante con dos triunfos en los encuentros jugados.
Por todo ello la situación pintaba muy bien para
Mateo en el pasado mes de septiembre, pero la mala suerte quiso que sufriera una importante lesión muscular en el debut en
Champions ante el
APOEL. A consecuencia de la misma estuvo más de dos meses y medio de baja y se vio obligado a perderse una quincena de partidos. En definitiva, un duro golpe que le rompió totalmente en ritmo justo cuando se encontraba en la mejor forma de su carrera y apuntaba a ser un hombre clave en los esquemas de
Zidane.
Con minutos tras su vuelta, pero aportando pocoPero pese a todo el jugador se recuperó y volvió al equipo el pasado
2 de diciembre en San Mamés. Desde entonces ha participado en 9 partidos, siendo titular en 6 de ellos. Su presencia ha sido especialmente importante en la
Copa, donde lleva 4 partidos consecutivos jugando. Aunque la realidad es que su nivel está muy lejos de ser el que tenía hace cuatro meses, justo antes de la lesión.
Anoche ante el
Leganés volvió a jugar un choque muy discreto e incluso erró la mejor ocasión del partido al robarle un balón a Rubén en la frontal y plantarse ante
Champagne. Pero su disparo no encontró la portería y
Kovacic acabó lamentando su fallo y su mala suerte, porque desde la lesión no le sale casi nada e incluso ha sido más protagonista por aspectos negativos (como su error en el 0-1 del último
Clásico) que por detalles positivos. De ahí que a
Zidane le corra prisa trabajar a nivel mental y físico con el croata, ya que en los dos años y medio que lleva en el
Madrid este ha dejado claro muchas veces que es uno de esos futbolistas que pueden decidir partidos con su entrega y calidad.
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