Así se ríe el Barça del resto de clubes del fútbol español

El FC Barcelona siempre se va de rositas, hagan lo que hagan sus futbolistas y aficionados.


Figo, Camp Nou, cochinillo

Cabeza de cochinillo en el Camp Nou




El gesto de Gerard Piqué, que no ha recibido castigo alguno, ha vuelto a demostrar la protección que existe sobre el FC Barcelona y sus jugadores por parte de los organismos que imparten justicia en el fútbol y también en determinados medios de comunicación. Y es que no es la primera vez (ni será la última) que un jugador del equipo azulgrana ha incitado a la violencia o que se ha perdonado al club catalán por circunstancias en las que a otros se les habría machacado.

El periodista Juanma Rodríguez se ha encargado de poner un buen ejemplo en Twitter con una serie de fotos de incidentes en los que se vieron envueltos jugadores o aficionados culés y que quedaron en nada, sin castigo alguno: “Exigimos una Liga limpia”, escribió el periodista, reconocido madridista, mostrando las butifarras de Giovanni al Santiago Bernabéu, las de Touré Yayá a la afición del Athletic en la final de Copa del Rey de 2009, el lanzamiento de una cabeza de cochinillo a Luis Figo en el Camp Nou o la última de Piqué, como puedes ver a continuación.

El FC Barcelona, siempre protegido por los organismos


Una serie de acciones que demuestran la poca deportividad que existe en el club catalán, por más que se crean por encima del resto. El grado de protección en el que viven desde hace años hace que nunca sean sancionados por este tipo de comportamientos, al contrario de lo que sucede en el resto de los clubes. Con mención especial para el Real Madrid, al que jamás se le perdona nada en este aspecto y que en los últimos años ha recibido sanciones inimaginables.

La reforma de la Ley contra la Violencia que se llevó a cabo hace un par de años dictamina que los insultos de los aficionados, sea mediante cánticos o pancartas, serán castigados. Lo mismo debería pasar con los futbolistas y sus gestos de provocación. No obstante, Piqué se fue de rositas. Quedó claro una vez más que tiene libertad absoluta para hacer lo que le venga en gana. Nadie va a decirle nada, y así pasa. Campan a sus anchas en todos los sentidos.

El catalán, sin perdón

Algunos aficionados culés se han empeñado en tratar de comparar el gesto de Piqué a la grada con el que Dani Carvajal hizo la temporada pasada en el Camp Nou tras el gol de Sergio Ramos en los minutos finales, que sirvió para empatar. La diferencia, sin embargo, es que Carvajal al menos tuvo la decencia de pedir disculpas. Piqué, en cambio, se regodea en su provocación.

Y esto, en lugar de ser considerado un agravante, parece que se aplaude por parte de los que imparten justicia en nuestro fútbol. ¡Una vergüenza absoluta! Si el comportamiento de los aficionados debe ser estudiado y castigado cuando se sobrepasan ciertos límites, el de los futbolistas más aún. Son ellos los que deben dar ejemplo de deportividad, educación y civismo, tres palabras que no están en el diccionario de Piqué, que nunca han estado y que nunca estarán. Siempre por encima del bien y del mal.