En la temporada 2016-17, Martin Odegaard empezó a recalar con fuerza en las filas del Real Madrid. Por aquella época era una joven promesa que disponía de una gran proyección, pero sin ir más allá. Con el paso del tiempo, la única alternativa que manejaba el conjunto blanco era darle salida en calidad de cedido para que no perdiera continuidad.
Primeramente marchó hasta Holanda, militando en las filas del Vitesse y siendo de los mejores de su equipo. Marcó tendencia en la Eredivisie y eso fue lo que llamó la atención al Madrid. Después, tras cumplirse su contrato con el club neerlandés, Zidane le aconsejó que lo mejor fuera volver a mandarlo a otro equipo cedido. Se le presentaron dos ofertas interesantes: primero la del Ajax, y más tarde la de la Real Sociedad.
La propuesta de volver a una entidad holandesa no agradó al Madrid, y le aconsejaron marcharse a la Real con el objetivo de acostumbrarse al juego que se despliega en el fútbol español. La estrategia ha dado resultados muy positivos, y en el conjunto blanco están francamente encantados con su actitud. Odegaard se ha disfrazado (y actúa como la brújula capitana del equipo). Firmó un tanto ante el propio Madrid en Copa, y este amablemente decidió no celebrarlo.
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