Durante el pasado verano todo el mundo se reía del fichaje de Bellingham. Decía que habían estafado a Florentino, que el inglés llegaba lesionado y que no tenía la calidad suficiente para triunfar en el Real Madrid.
Sin embargo, empezaron a llegar los partidos oficiales y empezó a marcar goles. Eso cambió el discurso, que pasó a ser que sólo marcaba cuando tenía que empujar el balón, o que eran goles intrascendentes. (Bellingham apunta al Balón de Oro)
Pero el paso de los meses ha demostrado la realidad, y es que no sólo se ha convertido en pieza clave en los esquemas de Ancelotti, sino que además su trascendencia en los resultado le ha colgado el cartel de salvador.
De hecho, Jude ha conseguido que nadie le quiera en el final de los partidos, donde ha demostrado tener un gran acierto, motivado a la gran preparación física que tiene que le permite llegar en plenitud de condiciones.
Bellingham mete miedo al final de los partido
Nadie quiere que Bellingham esté en el final de los partidos cuando el resultado todavía no está resuelto. No se quieren enfrentar a él ya que saben que es cuando aparece y hace mucho daño.
En el parón de selecciones lo pudieron comprobar los belgas, ya que Jude apareció en el 95 para conseguir el tanto del empate. Podría ser una mera anécdota pero no es la primera vez que esto ocurre.
Ante el Getafe en el 95, ante Unión Berlín en el 94, ambos en el Bernabéu, y ante el Barça en Montjuic en el 92, Bellingham encontró la portería rival para darle el triunfo al Real Madrid sobre la bocina.
DEJA TU COMENTARIO