Joan Laporta llegó a la presidencia de la entidad azulgrana lleno de promesas y sueños, pero la realidad claramente le ha retratado, golpeando fuertemente su figura.
Sin embargo, su ridículo, así como el de la prensa catalana, va a más, sobre todo después de que desde la Ciudad Condal anunciaran que el Barcelona ha acudido a la justicia ordinaria para impugnar el duelo del fin de semana contra el Real Madrid, pero esto no es todo.
Ahora, los culés están hablando de la presencia de Florentino Pérez en los vestuarios, algo que no tiene mucho recorrido más que en la fantasía de los radicales azulgranas.
Intentan hacer ver que su presencia allí, para saludar a sus jugadores, y saludar al árbitro es poco menos que un escándalo, cuando es algo que ha hecho otras veces.
Incluso durante la pandemia, en el estadio Alfredo Di Stéfano, que se veía todo mucho más, lo hacía y nadie se quejaba hasta que el Barcelona ha empezado a hacerlo porque ya no saben qué decir para avivar su discurso victimista.
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