El Real Madrid recibía al Cádiz en el Santiago Bernabéu para finiquitar la Liga y eso es lo que hizo. El conjunto de Carlo Ancelotti, con la mente puesta ya en el Bayern Múnich, jugó con numerosos cambios en el once y Brahim volvió a la titularidad, conformando el ataque blanco junto a Joselu.
En la primera parte, el malagueño se adueñó del balón en varias ocasiones y dejó momentos para el recuerdo, desequilibrando y driblando a un ritmo casi insuperable. No tuvo demasiado acierto el Madrid, tampoco el ‘21’ blanco, lo que no fue óbice para que el ex jugador del Manchester City lo intentara de manera constante, con paredes entre sus compañeros.
Justo al inicio de la segunda parte, y tras tener un mano a mano Chris Ramos, el Madrid recuperó y montó un contragolpe de los que tanto gustan en Chamartín. El pase filtrado de Luka Modric lo igualó Brahim que, con un control orientado espectacular y una definición de crack mundial justo en el borde del área, puso el balón en toda la escuadra de Ledesma.
A raíz de ahí, el Madrid, y Brahim en particular, se abrió más, siendo vertical, veloz y totalmente imprevisible. En el 69’, suya fue la asistencia, en un pase de la muerte, para que Jude Bellingham pusiera el 2-0. Minutos después, Ancelotti le daba descanso, dando cabida a Vinicius.
Brahim acumula ya 10 goles y cinco asistencias, estando aún en la memoria el gol que se fabricó contra el Leipzig, en el Red Bull Arena, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. Su tanto fue capital porque luego, en la vuelta, el partido quedó en empate (1-1), por lo que el gol del centrocampista fue el que desequilibró la balanza en el periplo europeo, que aún continúa… y que así siga después del partidazo del próximo miércoles.
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