El Real Madrid ganó este fin de semana la Liga después de golear al Cádiz (3-0) y del ‘pinchazo’ del Barça en su visita al Girona (4-2), pero nada es suficiente en el club de Chamartín. Ahora toca la Copa de Europa, donde espera el Bayern Múnich, que visita este miércoles el Santiago Bernabéu, en el encuentro de vuelta de las semifinales de la máxima competición continental.
El camino del Madrid, en Europa, no ha sido nada sencillo. Tras una fase de grupos encomiable, los blancos se enfrentaron al Leipzig en los octavos de Champions. Un gol de Brahim, en la ida, puso en ventaja al cuadro de Carlo Ancelotti, que, sin embargo, en la vuelta, firmó un partido muy gris y a punto estuvieron los germanos de dar la campanada. Finalmente, el marcador quedó en empate (1-1).
En los cuartos, la suerte -ésa que dicen que es inherente al Madrid- tampoco apareció por ninguna parte. El emparejamiento con el Manchester City provocó que todas las miradas del planeta fútbol se centraran en los dos partidos entre el Real Madrid y el conjunto británico que dirige Pep Guardiola. Era el tercer enfrentamiento seguido y el cuarto en cinco años, y en el Madrid buscaban vengarse por lo ocurrido el curso anterior, cuando los mancunianos le endosaron una goleada (4-0) a los blancos en el Etihad.
Después de un festival de goles (3-3) en el Santiago Bernabéu, el Madrid tuvo que viajar hasta Mánchester para jugarse el pase a las ‘semis’. Después de un partido de infarto, donde los merengues se adelantaron con un gol de Rodrygo, el City empató a falta de cuarto de hora, yendo el encuentro a la prórroga. El tiempo extra no fue suficiente, porque el empate continuó y todo se dilucidó en la tanda de penaltis, que el Madrid ganó.
En ese partido, Luka Modric fue suplente y, a la hora de empezar el partido, desplazó a Joselu del asiento en el que estaba sentado el delantero para ver el partido, que iba a comenzar segundos después. El croata tiró de la veteranía que la caracteriza, recordando a su compañero que lleva ya 12 años e n el club. Finalmente, Luka salió al terreno de juego en el 79’ y fue el primer lanzador de penaltis para el Madrid, fallando su tiro.
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