Ancelotti le hace otro guiño al Real Madrid

Ancelotti ha afirmado que, en el momento en que las cosas entre el club y él mismo no funcionaran, lo adecuado sería "despedirse con un abrazo", pero ha precisado que este "no es el momento" y que la sintonía entre ambas partes es "total".

Preguntado por el clima de tensión que existe en el fútbol italiano, después de los incidentes producidos en el partido de la última jornada contra el Nápoles, que se saldaron con una agresión al vicepresidente del Milán, Adriano Galliani, y la quema de varias filas del graderío, el técnico ha resaltado que está "cansado" de esta situación, pero que si cambia "de aires" no será por la violencia.

"Desde luego, no entrenaré al Milán para siempre", ha respondido Ancelotti ante la pregunta de cuándo sucederá este cambio de aires. Preguntado de nuevo sobre su posible marcha a un club no italiano, el entrenador milanista ha señalado sólo que "todo es posible".

"MI MITO ES HIDDINK"

"De todas formas, digo que mi mito en el extranjero es Guus Hiddink, que ha conseguido hacerlo bien donde quiera que ha ido", ha añadido el italiano. Con respecto al Chelsea, uno de los equipos, junto al Real Madrid, que estaría interesado en hacerse con los servicios de Ancelotti para la próxima temporada, éste ha reconocido que se encontró con el propietario del club inglés, Roman Abrahamovich, en París, pero ha puntualizado que fue una reunión para conocerse y que nunca tuvo "la intención de romper con el Milán".

El técnico, cuya hija ha trabajado dos meses en Londres para preparar una tesis sobre el fútbol italiano, ha bromeado con esta situación y, ante la pregunta de si estaba allí para preparar su despacho en Stamford Bridge, ha respondido que "sí". "Le sirve también para aprender inglés. Yo ya lo hablo... por Beckham, está claro", ha apuntado Ancelotti. El entrenador italiano ha asegurado también que el Milán no podrá hacer grandes inversiones en el mercado de fichajes este año, como "tampoco los otros equipos", y ha indicado que la plantilla "se renovará", aunque no hace falta "una revolución total".