Triunfo con la ley del mínimo esfuerzo

Benzema y Sneijder fueron los autores de los goles. Los blancos dominaron el balón aunque faltó profundidad por las bandas. Xabi Alonso fue recibido como un héroe por la que fue su afición





Y es que la faceta ofensiva de los madridistas se basa en un cuadrado de jugadores que se mueven en base a cuatro esquinas imaginarias sobre el campo. Kaká, Ronaldo, Raúl y Benzema intercambian sus posiciones tratando de ocupar la mayor parte del campo. Un buen concepto en cuanto a término, aunque difícil de asimilar. Más si cabe cuando Ronaldo es un virtuoso, un crack y un peligro en la banda. Sin embargo, verle aparecer por el centro y, en ocasiones, hasta compartiendo pivote con Xabi Alonso exija una mirada más profunda para corroborar que, efectivamente, es cierto lo que se ve sobre el campo.

Pellegrini huye del juego por las alas. Mejor dicho, se lo deja a jugadores cuya misión inicial no debe ser dar pases de gol. Los laterales, al menos en teoría, son los jugadores con menor capacidad técnica tanto para el desborde como para el centro. Bajo esta premisa, ver a Miguel Torres y Drenthe tratando de emular a los mejores extremos del mundo no parece la mejor solución para desatascar partidos cuya vida se focalice en la zona central cuyos atascos recuerdan, en ocasiones, a la M-30 madrileña. Sergio Ramos y Marcelo pueden aprovechar mejor esa oportunidad que les brinda el chileno, sin ser tampoco grandes especialistas en la materia que demanda Pellegrini.

Ficha técnica:

0. Real Sociedad: Bravo; Estrada, Labaka, Ansotegi, De la Bella; Elustondo (Nsue, min. 61), Rivas, Xabi Prieto, Jonathan (Griezmann, min. 61), Zurutuza (Javi Ros, mín 48); Agirretxe.

2. Real Madrid: Castillas; Torres (Arbeloa, min. 46), Garay, Albiol, Drenthe; Xabi Alonso (Sneijder, min. 78), Guti (Pepe, min. 78), Cristiano Ronaldo (Granero, min. 67), Raúl (Robben, min. 67), Benzema; Kaká (Higuaín, min. 67).

Goles: 0-1, min. 49: Benzema. 0-2 , min. 92 Sneijder.

Arbitro: Pérez Lasa.

Incidencias: Encuentro disputado en el estadio de Anoeta ante 26.000 espectadores. Enmarcado en los actos del centenario de fundación de la Real, previamente se celebró un brillante acto conmemorativo.

Las miradas y las piernas se acumulaban en el centro. El sitio de Kaká. El brasileño, aun sin estar físicamente a tope, demuestra que tiene clase por los cuatro costados. Su cambio de ritmo recuerda al demonio de Tazzmania y aparenta dejar jugadores atrás con la facilidad que tiene un niño para comer piruletas y golosinas. Cuando el '8' coja la forma será el principal arma del equipo merengue. El foco de atención de la afición, y el de terror para sus rivales.

Aunque si de terror hablamos, que se puede decir de Cristiano Ronaldo. El portugués siempre deja detalles de clase aunque no necesariamente acaben en gol. También valen si sirven de antesala de uno. Una falta directa lanzada por el luso se le escurrió de las manos al guardameta de la Real, Claudio Bravo, como si éste se hubiera impregnado las manoplas de aceite y Benzema, en un gol al más puro estilo Raúl, aprovechó el regalo para empujar a puerta vacía el gol del estreno en España de la superproducción merengue.


ROBBEN Y SNEIJDER, EN EL CANDELERO

La Real Sociedad, como equipo de Segunda, bueno, pero de Segunda, apenas inquietaba el marco de Casillas. Únicamente las dichosas jugadas a balón parado, con las cabezas asesinas de los delanteros rivales siempre amenazando la red blanca, aceleraron mínimamente la presión sanguínea del guardameta mostoleño.

La entrada al campo de Robben le dio un nuevo golpe de oxígeno al Madrid. Un par de acelerones del tulipán estuvieron cerca de acabar en la red de los locales aunque faltó el toque de gracia. El holandés sigue demostrando sus ganas de continuar en el club blanco pese a la competencia que atesora. Un compatriota de éste, Wesley Sneijder, demostró que no se le ha olvidado cómo lanzar una falta. Desde 20-25 metros, sacó el catalejo, y con precisión clavó el esférico junto al poste izquierdo de la centenaria portería vasca. Un golazo reivindicativo que el holandés apenas celebró. Quizá huela que ha podido ser su último gol con la camiseta merengue.

Los blancos no quisieron apretar el acelerador en la recta final y agradecieron la bandera blanca que desde San Sebastián les ofrecieron. Sin excesiva brillantez, el equipo de Pellegrini sumó un nuevo triunfo en la pretemporada. Un verano en el que la palabra 'rotación' se ha convertido en la madre de todas las ciencias. La misma que imprime un ingeniero y que tratarán de aplicar los actores de la superproducción, aunque tengan que moverse más de la cuenta.