Doce años del gol que cambió la historia

El 20 de mayo de 1998 el madridismo estaba de fiesta





Y es que en esa fecha el Real Madrid tenía una oportunidad única para recuperar el viejo esplendor que el paso de los años había ido perdiendo en el continente europeo. El equipo, por aquél entonces dirigido por el técnico Jupp Heynckes llegaba a la final del Amsterdam Arena tras vencer en cuartos al Bayer Leverkusen y en semifinales al Borussia Dortmund, eliminatoria esta última soprendente por lo acontecido en la ida disputada en el Santiago Bernabéu, ya que los aficionados tiraron abajo una portería al subirse a la valla donde ésta se sujetaba.

De hecho, la temporada no estaba siendo todo lo buena que se podría desear para el club merengue, pues la trayectoria liguera, donde el equipo sólo había logrado ser tercero, obligaba a ganar el torneo para disputarlos la campaña siguiente. Esto, unido a 32 años de sequía en la Copa de Europa, colocaban a la final en el partido más importante que había disputado el Real Madrid en las últimas dos décadas. Sin embargo, enfrente estaba el poderoso Juventus de Turín, uno de los reyes del fútbol europeo de la década de los 90 que contaba con estrellas de talla mundial como Zinedine Zidane y Didier Deschamps.

El partido transcurrió de manera muy igualada, pues ambos equipos eran conscientes de lo que se jugaban. Apenas había ocasiones claras de gol, más allá de alguna de un joven Raúl González Blanco o del propio Zidane. Sin embargo, el tiempo se paró en el minuto 66, cuando un centro pasado de Panucci acabó en un rechace próximo al pico del área italiana que Roberto Carlos recogió en uno de sus eternos zurdazos. La pelota iba con una trayectoria muy desviada, pero bastó un mal despeje de la zaga juventina para que le quedara franca a Mijatovic al borde del área pequeña.

El montenegrino tenía el gol ahí. Pero todavía debía batir al gran portero transalpino Peruzzi. Sin embargo, 32 años de sequía no le pesaron, pues con sorprendente frialdad dribló al portero y se quedó sólo ante la red rival. Ahora ya sólo faltaba picar el balón para evitar a un último defensa que llegaba presto a desviarlo, algo que Mijatovic hizo con el aliento de millones de madridistas. Gol. La Copa de Europa volvía a casa y, con ella, la grandeza de un club que, a pesar de tres décadas sin campeonar, nunca se olvidó de 'su' competición. Así que, 12 años después, gracias Pedja, gracias Real Madrid.


¿Y usted, se acuerda de cómo vivió el partido?