Según las informaciones hechas públicas por José Ramón de la Morena, el técnico luso se habría acercado, acompañado de miembros de la seguridad del club, a firmar unos autógrafos para unos aficionados que se encontraban esperándole en el aeropuerto de A Coruña. Al parecer, uno de los guardaespaldas, de nombre Eduardo, sintió en eso momentos una punzada a la que no dio mucha importancia en un principio, pero que le obligó a llevarse al técnico de la zona ante el riesgo de un nuevo ataque por parte del aficionado.
Al parecer, el luso no se dio cuenta de lo sucedido, por lo que se subió al autobús del equipo con normalidad. Aunque el miembro de seguridad descubrió a posteriori que presentaba una herida de cuatro centímetros que indicaba haber sido realizada con un punzón. Una circunstancia de la que Mourinho no ha tenido noticia hasta hoy y que deja en el aire una preocupante sensación sobre los límites y las consecuencias del fanatismo en el deporte.
DEJA TU COMENTARIO