'Manolito' guía al rey de Europa

Gran partido del Madrid que, salvo catástrofe, dejó sentenciada la eliminatoria de cuartos de Champions tras arrasar al Tottenham (4-0).





La consigna de marcar lo más pronto posible se cumplió. El guión fue culminado con interpretación para Óscar de ‘manolito’ Adebayor. La jugada fue de película. No por la belleza de la misma sino porque tuvo todos los ingredientes que una buena cinta puede pedir: suspense porque parecía que lo pelota no entraría, un bueno, en este caso ‘manolito’, y un malo, que fue Modric, el encargado de intentar sacar el cabezazo del togolés sobre la misma línea. El final fue feliz. El gol.

Si la felicidad embargaba al Bernabéu con ese gol la dosis de optimismo se disparó cuando, poco después, Crouch decidió irse del partido. Hizo dos faltas propias de un deporte de su altura, el baloncesto, por  el contacto muchas veces absurdo, y se llevó sendas amarillas. Si el camino del Madrid pintaba a tener pocas piedras, ‘manolito’ y Crouch lo habían allanado con el rastrillo.

Pese a ello, el efecto de refuerzo en los jugadores del Madrid no fue tal. Es más, pareció que el que se vino atrás fue el equipo de Mourinho, algo incomprensible por cuanto era el rival el que perdía, el que tenía menos jugadores y el que jugaba fuera de casa. Ahí fue demasiado noble el conjunto merengue. Encima, en ese no avasallamiento no se tradujo en tranquilidad total para Casillas, ya que Bale tuvo una buena opción desde la izquierda que mandó al lateral.

Ficha Técnica


Real Madrid 4: Casillas, Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira (Lass 61’), Di María (Kaká 75’); Özil, Cristiano Ronaldo; y Adebayor (Higuaín 74’)

Tottenham 0: Gomes; Corluka (Bassong 79’), Gallas, Dawson, Asou-Ekotto; Jenas, Sandro, Modric, Gareth Bale; Van Der Vaart (Defoe 46’) y Crouch.

Goles: 1-0 Adebayor (4’), 2-0 Adebayor  (57’), 3-0 Di María (72’), 4-0 Cristiano (87’)

Árbitro: Félix Brych. Amonestó a Adebayor, Van der Vaart, Pepe, Defoe. Expulsó a Crouch (15’)

Estadio: Santiago Bernabéu. Lleno total. 78.000 espectadores.

El paso por los vestuarios fue lo mejor que le pasó al Madrid. Mourinho les debió leer la cartilla a los suyos y el Madrid salió como si fuera un equipo distinto. Con más espíritu. Con ganas de morder. Cristiano imitó su comportamiento de la primera parte: rematar a la portería contraria. La suerte, aunque más cerca del premio, fue la misma, agua. Ya que hablamos de coincidencias, la más clara la firmó Adebayor. Si había marcado en la primera parte de cabeza, el togolés firmó otro testarazo que acabó en la red del Tottenham. ‘Manolito’  se sintió el hombre más feliz de la faz de la Tierra y se puso la mano en la oreja pidiendo que le gritaran en español, en inglés o en chino. Quería ponerle sonido a su doblete.

Di María marcó el gol de la noche

El Madrid cambió su tez desde entonces. Se acabó el apocamiento y la tensión de la primera parte. Los de Mourinho se quitaron la cadena del miedo y se tiraron a la yugular del Tottenham. Sin piedad. Los ingleses no salían de su área ni el Madrid de su campo. La conclusión era clara: los goles tenían que llegar. Y lo hicieron. Di María se unió a la fiesta con un misil parabólico que se incrustó en la portería de Gomes. El corazón del argentino voló por el aire, al igual que el del Madrid en la competición. Las semifinales se mascaban.

Pese a que el partido y la eliminatoria parecían casi cerrados, los blancos no cesaron en su empeño de hacer más grandes las diferencias. En el campo eran palpables, también en el marcador. Sin embargo, la siempre complicada visita a territorio inglés hacía pensar en que sería el cuarto tanto el que mataría definitivamente el ánimo británico. Y así fue. El premio se lo llevó Cristiano, el forzador del Bernabéu, que agarró una volea que sorprendió a ese hombre que hoy parecía más un repartidor de bombonas de butano que un portero de primer nivel. Fue el KO inglés. Siete años sin pisar unos cuartos de final, y el Madrid se presentó en ellas con la facilidad que le da ser, lo que es, el rey de Europa.