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Y es que el equipo blanco ha mostrado dos caras a lo largo de la temporada: una antes los equipos de mitad de la tabla para arriba, ante los que no se dejó un solo punto (a excepción del Barcelona), y otra bien distinta ante los conjuntos que han estado peleando hasta el final por no bajar a Segunda, ante los cuales el Real Madrid se ha mostrado muy irregular. Tanto es así que los de Mourinho se han dejado ni más ni menos que 17 puntos ante clubes que hasta el último momento han rezado por no bajar a Segunda.
Ya desde comienzo de temporada se vio que al Real Madrid le iba a costar sacar adelante los partidos ante equipos cuyo único ‘modus operandi’ es el de estar ordenados en defensa. Los madridistas lo vivieron en sus carnes en los empates cosechados a domicilio ante el Mallorca (0-0) y el Levante (0-0). Este signo de debilidad dado por el equipo al principio de temporada sirvió para que otros tomaran ejemplo y se beneficiaran de este déficit que tiene el Madrid.
Fue en el mes de enero y a principios de febrero cuando se cosecharon más tropiezos contra equipos de la zona baja de la tabla. Tanto Almería (1-1), como Deportivo de la Coruña (0-0) y Osasuna (1-0) fueron capaces de arañar puntos ante un Madrid que, ya en ese momento, sabía que se le estaba escapando la Liga por su falta de regularidad. Y la estocada final para sus opciones al títulos vendría precisamente ante otros dos equipos modestos como el Zaragoza y el Sporting de Gijón, quienes fueron capaces de llevarse la victoria en el Bernabéu por 2-3 y 0-1 respectivamente.
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