La temporada pasada Mourinho se vio obligado a utilizar a Pepe como mediocentro para frenar el dominio azulgrana en el centro del campo. De hecho, la jugada le salió bien excepto en el choque de ida de las semifinales de la Liga de Campeones, cuando el portugués fue expulsado de manera polémica por una acción con Dani Alves. Así que, fue desaparecer Pepe del campo y Messi empezar a campar a sus anchas.
Sin embargo, esta vez Mourinho no ha creído necesario emplear a su compatriota en las tareas de destrucción. El '3' madridista ha ocupado puesto en el centro de la zaga junto a Carvalho, mientras que el equipo ha tenido arriba una aportación ofensiva de lujo: Benzema, Cristiano Ronaldo, Di María y Özil. Una apuesta bastante más vistosa que lo visto en los cinco choques del final de la temporada pasada, pero no exenta de la entrega y el esfuerzo que han ofrecido jugadores como Ramos, Pepe, Khedira o Xabi Alonso. Ha sido, sin duda, una alineación equilibrada y poderosa que ha dejado sin argumentos a sus detractores. Porque Mourinho no es defensivo. Es un estratega.
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