El árbitro vasco pasó por alto el lanzamiento de un tornillo de enorme tamaño mediada la segunda parte, y que de haber impactado en algún futbolista blanco podría haber causado una auténtica desgracia.
Desde luego, el vasco no estuvo demasiado lúcido y permitió el juego brusco tanto de los futbolistas azulgrana como el del público, que se pasó todo el encuentro lanzando proclamas independentistas y arrojando objetos.
Una vez más, el socio culé dio una lección de como no hay que comportarse en un terreno de juego. La animadversión hacia el Real Madrid y hacia España roza la enfermedad y se acrecenta si el árbitro de turno permite según que comportamientos. Delgado Ferreiro tuvo en su mano el tornillo (la imagen así lo demuestra) y no tuvo narices a reflejarlo en el acta, ¿por qué?
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