"Siempre es difícil jugar en Alemania. Esperamos conseguir los tres puntos porque creo que casi nos darían la clasificación, y sobre todo tranquilidad de cara a los próximos compromisos en Europa. Sabemos que el Dortmund no está fino en la Bundesliga, pero en Europa es otra historia. Jugar contra el Real Madrid y ante su afición les motivará mucho", ha comentado el portero, que recuerda cuándo fue la última vez que el equipo ganó en Alemania: "Fue hace doce años ante el Leverkusen. Vencimos 2-3 y fue complicado", reconoce.
El capitán sumó ante el Celta su triunfo número 400 con el Real Madrid, pero para Iker no es un logro que deba quedarse ahí: "No es fácil decir que llevas 400 victorias en no sé cuántos partidos, he perdido la cuenta. Es el trabajo de haberse sacrificado y el querer siempre más, superarse y aspirar a seguir sumando para el club", expone. Finalmente, admite que le da vergüenza "ser el centro de atención", en referencia a los cánticos de la afición del pasado sábado ante el Celta. Aún así, confiesa que "el cariño de la gente siempre es bien recibido".
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