Pero mañana toda la historia, todos los resultados, todas las circunstancias, pasarán a un segundo plano cuando ambos equipos salten al parqué. En ese momento nada cuenta, ni la clasificación, ni las lesiones, ni las trayectorias. Sólo cuenta el derbi, el partido, los cuarenta minutos de juego.
El Real Madrid que ha conseguido desprenderse de Lazaros Papadopoulos, al que ha cedido al Fortitudo Bolonia, acude, pues, sin lastre. Aunque todavía no tiene recambio, haberse desprendido de un jugador que no contaba para Joan Plaza, siempre es un alivio. Y también lo será para los jugadores, porque dejarán de ver una cara insatisfecha en el banquillo y una situación que a nadie le gusta.
En lo deportivo, Venson Hamilton, que no jugó en el último partido europeo ante el Panionios, estará en el banquillo, aunque su participación en el derbi dependerá mucho de las sensaciones de última hora que tenga el jugador y del resultado que se vaya produciendo.
Por parte estudiantil, la convulsa situación del club sigue siendo una losa demasiado pesada para todos. Aunque los jugadores se aislan todo lo que pueden, saben que el futuro del club, y por tanto el suyo, pende de un hilo, lo que a la larga siempre se nota en la pista a la hora de jugar.
En la clasificación, Estudiantes vuelve a estar al borde del abismo del descenso, con sólo tres victorias en once partidos. Contra el más enconado rival no parece el mejor momento para conseguir una nueva victoria, pero los colegiales son especialistas en conseguir imposibles. Además, esta misma temporada Estudiantes consiguió ganar en el Palau al Barcelona, 71-72. Todo un aviso a navegantes.
DEJA TU COMENTARIO