Exhibición con la final como premio

Los de Messina machacaron al Caja Laboral y se metieron en la final de la Copa (50-78). Una defensa infranqueable y un ataque fluido fueron las claves del choque. La final, ante el Barcelona.





La grandeza de un equipo como el Madrid hace imprevisible por dónde puede salir. Si la calidad de los de Messina se impone, son un equipo difícilmente parable. Además, la motivación es tan importante como la presión. Ante Caja Laboral el equipo salió bien. Sin estruendos, pero sin miedo. Con un Kaukénas acaparador de puntos (anotó los siete primeros de su equipo) el Madrid demostró a lo que venía. Y eso que San Emeterio salió respondón (18-17 min.10).

Ficha Técnica:

Caja Laboral 50(18 9 16 7): Singletary, English (5), San Emeterio (10), Teletovic (6), Barac (7)-cinco inicial-, Huertas (2), Eliyahu (10), Oleson (4), Herrmann, Ribas (6).

Real Madrid 78 (17 23 18 17): Prigioni (2), Jaric (1), Kaukenas (15), Garbajosa (5), Lavrinovic (21)-cinco inicial-, Bullock, Llull (8), Velickovic (10), Hansen (8), Reyes (8), Vidal.


Árbitros: Arteaga, Martín Bertrán, Conde. Eliminado Singletary.

Incidencias: Segunda semifinal de la LXIV Copa del Rey disputada en el Bizkaia Arena ante 14.403 espectadores. El Real Madrid se clasifica para disputar la final.

Sin embargo, los blancostiraron de inspiración para romper el marcador. Esa característica que se demanda cuándo no la tienes y que la pides desesperadamente cuando ves que la tienes y no la luces. Lavrinovic, ese pivot con mano de escolta que el Madrid rescató de las nieves rusas este verano, enchufó dos triples consecutivos que cortaron la respiración de la afición vasca (21-26  min.15). Al festival de las nieves se sumó también Hansen que, al igual que Lavrinovic, llegó de Moscú este verano para encontrar el calor español. El mismo que aderezó con su muñeca desde el exterior y otro par de triples consecutivos. El Madrid había tomado la moto y el Caja Laboral no pasaba del patinete. Al descanso, el partido estaba especialmente controlado por los de Messina (27-40 min.20).

Una defensa insuperable

Los blancos seguían a lo suyo: arriba, anotando, y detrás, mordiendo como si tuvieran delante el último trozo de carne sobre la faz de la Tierra. Con el cuchillo entre los dientes el Madrid se movía como pez en el agua, mientras que Caja Laboral perdía aire por momentos. Kaukénas y Lavrinovic se unieron para techar el marcador de tal forma que los vascos no vieran opciones de victoria. Y así lo hicieron. Un triple de Darjus puso fin al tercer cuarto con la niña bonita como diferencia (43-58 min.30).

El paseo triunfal del Madrid ofreció un gustoso paso de los minutos para jugadores y aficionados merengues. De los insultos de la afición vitoriana se pasó al silencio y al jolgorio de los seguidores del Real Madrid, con los Berserkers a la cabeza. Velickovic y Llull se sumaron a la fiesta con una actuación tan completa como asustadiza para el Barcelona. Equipo con el que hay muchas cuentas pendientes. Y la final, con los Reyes delante, sólo puede coronar al más Real de todos, y ese debe ser el Madrid.

Fotografía: realmadrid.com