¡El Madrid se cargó al Barça y jugará la final de la Euroliga!

Muchas ganas tenía el madridismo de ver a su equipo en una Final Four dando la talla. Después de la de 2011, en la que el equipo no estuvo todo lo bien que se hubiera deseado, en Londres se esperaba ver a un equipo, el de Pablo Laso, manteniendo sus señas de identidad ante el Barcelona, el mejor paso posible para mostrarle a Europa que con el talento, la juventud y un estilo rápido también se pueden ganar cosas.

Bien es cierto que al Madrid le costó arrancar en el partido. La defensa del Barcelona le dificultaba la distribución del balón, y los tiros eran más forzados de lo deseado. En el primer cuarto sólo Mirotic parecía encontrar la llave del aro culé. En el otro extremo, las dos faltas de Begic que le llevaron pronto al banquillo, hicieron que el ex madridista Tomic se sintiera algo más cómodo en la pintura ante pívots a los que superaba en más de 10 centímetros de altura (18-11 min. 10).

Sin embargo, al Madrid le llegó la luz cuando Sergio Rodríguez entró en el campo en el segundo cuarto. Jugó los 10 minutos previos al descanso, y ahí se vio al equipo veloz, rápido y vertiginoso que le había llevado a la Final Four. Sus siete puntos y seis asistencias en esos 10 minutos eran una tarjeta de presentación más que llamativa. Al chacho también le acompañó Sergio Llull, que anotó tres triples casi consecutivos en el arranque del cuarto. De hecho, los blancos no se pusieron por primera vez por delante en el marcador hasta el minuto 17, tras un estratosférico triple de Sergio Rodríguez (26-27 min.17). Al descanso, tras una canasta de Felipe Reyes en la que le quitó un rebote de las manos a Ingles, el marcador era favorable a los blancos (33-39 min.20).

En el tercer cuarto hubo un nuevo giro de timón. El Real Madrid perdió el ritmo que había conseguido sacarse de la chistera entre los minutos 10 y 20. Bien es cierto que Laso no tiró de Sergio Rodríguez, que había sido el mejor de los blancos, hasta el minuto siete del tercer periodo. El Barcelona empezó a mover su defensa y especialmente a una defensa 2-3 consiguió cambiar la dinámica anotadora de los blancos. Después de haber tenido unas ventajas que llegaron a bordear los 10 puntos, el Madrid se veía abajo en el inicio del último periodo (51-48 min.30).

El último periodo fue de momentazos de máxima tensión. De hecho, el Real Madrid llegó a ir perdiendo hasta por nueve puntos. Fueron los peores instantes del equipo madridista que, sin embargo, sacó carácter y orgullo para no darse por vencido cuando muchos fantasmas empezaban a sobrevolar el O2 de Londres. Ahí fue cuando emergió la figura de Felipe Reyes, anotando de todas las formas posibles, especialmente en esa faceta de intendencia, en la que siempre destaca. Estaba claro que el final de partido iba a ser a cara de perro, como así fue. El Madrid fue más frío, y defendiendo con el cuchillo entre los dientes, acabó llevándose el partido y metiéndose, muchos años después, en la gran final de la Euroliga (67-74 min.40). El Olympiakos espera a los blancos este domingo, el mismo rival ante el que el Madrid ganó su última Copa de Europa en 1995. Un duelo para recuperar la historia moderna.