1936, la inolvidable parada de Ricardo Zamora

DC repasa las mejores imágenes de la historia del Real Madrid. Hoy, la legendaria estirada de Ricardo Zamora





 

Ricardo Zamora nació el 21 de enero de 1901 en Barcelona. Con 15 años empezó a jugar en el Español, pero a los 18 ya había sido fichado por su gran rival, el F.C. Barcelona. Durante tres temporadas defendió la elástica azulgrana e incluso logró conquistar la Copa del Rey; pero en el club no supieron valorar su calidad y él optó regresar al Español. Con el cuadro periquito se consolidó como el mejor portero de la época, por lo que el Real Madrid tomó la decisión de  ficharle a precio de 'galáctico': 100.000 pesetas de la época, con un sueldo mensual de 3.000 pesetas.

En la capital de España Ricardo vivió sus mejores años como deportista, conquistando dos Ligas y dos Copas del Rey. De él se cuenta que gracias a su 1,94 era prácticamente un valladar infranqueable. Suya fue gran parte de la 'culpa' de que en 1934 la selección española llegara a hacer temblar a Mussolini con motivo del partido de cuartos de final del Mundial de Italia. En él, España logró empatar con los 'azzurri' a pesar del casero y lamentable arbitraje. Las crónicas cuentan que ese día atajó todo lo imparable, por lo que los italianos tuvieron que agarrarle para lograr marcar el tanto del empate. Pero al día siguiente España cayó en el partido de desempate, ya sin Zamora en la portería por haber terminado lesionado el primer duelo.

Sin embargo, de todas las instantáneas que dejó el 'Divino' durante su trayectoria, la que aquí nos acompaña quizás sea la más famosa. Fue tomada el 21 de junio de 1936, apenas unos días antes de que estallara el terrible conflicto bélico en todo el país. Corresponde a la final de Copa del Rey disputada en Valencia entre el Real Madrid y el Barcelona. Tras adelantarse los blancos con goles de Eugenio y Lecue, los azulgranas redujeron distancias con un tanto de Escolá. Con este 2-1 llegó el partido a sus últimos minutos, por lo que el conjunto catalán apretó mucho buscando el tanto de la igualada.


De hecho, el propio Escolá lo tuvo en sus botas con un disparo ajustado al palo izquierdo merengue. Pero Zamora realizó una estirada inmortal que aún 77 años después sigue siendo recordada y venerada. Un momento único de esfuerzo en el que el gran portero atajó un balón que valía medio título, levantando espectacularmente la tierra y el polvo a su alrededor. Gracias a ella el Real Madrid logró un nuevo título de Copa y el ‘Divino’ se despidió del fútbol español como campeón. Y es que la Guerra le llevó a exiliarse a Francia, donde acabó sus días como profesional jugando en el Niza.

Ése fue el último partido oficial de Zamora en España. El portero no volvió a estirarse más en su país, pero dejó para el recuerdo esta instantánea imborrable, toda una joya documental del fútbol patrio. La mejor plasmación de lo que era Ricardo Zamora, un 'gigante' que era capaz de moverse como un felino con 35 años para salvar a su equipo y permitirle ganar un trofeo ante el eterno rival. Lástima que por entonces no hubiera vídeos, pues solo nos ha quedado constancia de su genial 'palomita' gracias a esta fotografía.