El Barcelona hace el ridículo en el Campo Nuevo empatando contra el noveno

El Villarreal mereció la victoria en Barcelona pero el árbitro, González Vázquez, estaba allí para evitarlo (1-1)





Y es que el Villarreal llegó para jugar. Nada de arrugarse, cosa que hacen el 90% de los equipos de Primera División cuando juegan contra los protegidos azulgranas, a los que no se puede ni mirar si no quieres ser castigado con tarjetas. La Liga española es así de sumisa. Suerte que, de cuando en cuando, sale un gallito que demuestra que este Barcelona pierde aceite.

Pedrito adelantó, en posición dudosa, al Barcelona. Hubiera estado bien ver la misma jugada en el otro campo, seguro que el muelle del asistente se hubiera disparado como Bolt en una carrera de 100 metros. Pese a ello, los amarillos no se vinieron abajo.

González Vázquez se ganó el jornal quitándole dos penaltis al Villarreal

FICHA TÉCNICA:


Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Piqué, Abidal, Sergio Busquets, Xavi, Dos Santos (Iniesta, min.58), Pedro (Bojan, min.86), Ibrahimovic y Henry.

Villarreal: Diego López; Javi Venta, Godín, Marcano, Capdevila, Senna, Bruno, Cani, Fuster (Eguren, min.90), Cazorla (Escudero, min.68) y Nilmar (Rossi, min.76).

Goles: 1-0: Pedrito, min.7. 1-1: Fuster, min.51.

Árbitro: González Vázquez (Colegio gallego). Mostró tarjeta amarilla a Javi Venta (min.33), Puyol (min.37), Fuster (min.43), Bruno (min.53), Marcano (min.78) e Ibrahimovic (min.88).

Incidencias: Partido de la decimosexta jornada de Liga disputado en el Campo Nuevo ante 77.622 espectadores.

No lo hicieron pese a que González Vázquez se empeñó en masacrar a los visitantes, la práctica más habitual en el Campo Nuevo cuando se juga como forastero. Primero Puyol, que confundió a Nilmar con una de las puertas del programa ‘Humor Amarillo’, demostró que los ojos del señor Vázquez no andaban muy finos. Lo ratificó poco después, cuando Alves acribilló a Marcano dentro del área barcelonista. Dos penaltis como dos ciudades de grandes. Pero nada. Ni con el 2010 cambian las cosas. La vida sigue igualmente robada.

La personalidad ofensiva del Villareal enmudeció el ya de por sí soso Campo Nuevo. Con las líneas cada vez más arriba, los amarillos embotellaban al Barcelona, que demostraba con el paso de los minutos que se encanto futbolístico se empezaba a diluir como las colonias baratas del mercadillo. Fruto de ello, Fuster empalmó un pase de Cani para devolver la igualdad al marcador. González Vázquez no tuvo pelotas para anularlo. No tenía ni el más mínimo resquicio para hacerlo. La vergüenza no le llegó, sin embargo, a tanto como para expulsar a Ibrahimovic. El sueco hizo lo que le salió del calzón: patadas a destiempo, empujones, desplazamientos de balón con chulería y protestas fueron algunas de sus artes. Las habituales. Las que le darán buen feeling a Guardiola, se supone.

Los amarillos pudieron marcar al final

El demacrado equipo catalán acabó muriendo fruto de su aburrido juego de pases horizontales, que no hipnotizaron a un Villarreal que, incluso, pudo llevarse el partido si Rossi le hubiera dado con más corazón a un balón que Puyol llegó a sacar sobre la línea con la lengua fuera. Una lengua, la azulgrana, que parece más seca que nunca. Y encima el Madrid a tres puntos con un partido menos ¡VUELVE EL CANGUELO!