El todavía presidente tiene metido entre ceja y ceja el fichaje de Fábregas por el Barcelona antes de que tenga que abandonar la poltrona en este mes de junio. Para ello, y pese a ser considerado por la mayoría de los culés como el hijo pródigo y el gran deseado (algo que resulta irónico teniendo en cuenta que va a ser suplente), ha presentado al Arsenal una ridícula oferta de 35 millones de euros, una cantidad por la que el Arsenal no está ni siquiera dispuesto a tomar café con el señor Lapuerta.
Y es que el sueño de Lapuerta de aquí a que acabe su mandato es el de, además de haber traído ya a Villa, traerse bajo su mandato al canterano culé, aún a sabiendas de que esta operación puede dejar completamente vacías las arcas del club (más aún si se confirma que Sandro Rosell podría tener apalabrado el fichaje de Fernando Torres). Por ello, y creyéndose que los presidentes de los clubes ingleses pertenecen a una rama de la especie humana inferior a la nuestra, va ofreciendo al marfileño Yaya Touré por la nada despreciable cantidad de...¡35 millones de euros!
Lo hace a sabiendas de que el Manchester City, el nuevo 'niño rico' del fútbol europeo, está dispuesto a realizar otra fuerte inversión con el objetivo de que, de una vez por todas, puedan clasificarse para la Champions la próxima temporada. Pero Lapuerta debe creerse que los jeques árabes del City deben ser tontos, porque si no es imposible entender que el descartado Yayá Touré tenga el mismo precio del hijo deseado Francisco Fábregas. ¿Otra contradicción del todavía presidente culé? Parece ser que sí...
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