Las estrellas se rebelan en el Barça

Messi goza de ciertos privilegios que otros no tienen


Messi y Guardiola




Vidas paralelas. Frank Rijkaard llegó a los banquillos del conjunto azulgrana en el año 2003, casi como última opción para sacar el equipo a flote. Pocos confiaban en un entrenador joven y casi inexperto, aunque la jugada terminó resultando para el recién electo Joan Laporta.

Con Rijkaard el equipo comenzó a desplegar eso que denominan ‘fútbol total’, y los títulos tardaron en llegar a la Ciudad Condal, pero lo hicieron. Se puede afirmar que el ciclo de Rijkaard terminó tras la consecución  la Champions League en el año 2006, ante el Arsenal, aunque todavía estuvo un par de años más entrenando al conjunto catalán.

¿Por qué se marchó? Pues bien, los últimos meses del holandés en el club azulgrana fueron una auténtica tortura. Con su buena fe, Rijkaard les dio total libertad a sus estrellas que no eran otras que el polémico Samuel Eto’o, Deco, y el trotamundos Ronaldinho, que ya sabemos que le gusta más la fiesta que el deporte rey. El vestuario del Barça era una bomba de relojería, los jugadores se aprovecharon de su entrenador y tuvo que realizarse un cambio de rumbo.

Y llegó Pep, nuevamente como última opción para reconducir el cauce del Barça después de unos meses nefastos en lo deportivo para el club. Al igual que sucedió con Frank, pocos confiaban en un entrenador joven y casi inexperto, sobre todo después del pinchazo en la primera jornada de Liga en el campo del descendido Numancia (1-0).


De la misma manera que su predecesor, Guardiola hizo grande al Barça con la conquista de los seis títulos en una misma temporada –Liga, Copa, Champions, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundialito de Clubs-, con la más que conocida polémica arbitral en las semifinales de la máxima competición europea, en donde el colegiado noruego Tom Henning Obrevo privó al Chelsea de la final después de evitar señalar claros penaltis en el área azulgrana. Hasta seis errores flagrantes tuvo el colegiado. Pero eso ya es pasado.

¿Qué ocurre ahora? Parece que Pep Guardiola sigue los pasos de Rijkaard a un ritmo agigantado, y lo último es dar excesiva libertad a sus estrellas. Durante el partido de ayer entre Mallorca y Barcelona, el técnico le preguntó en repetidas ocasiones a Lionel Messi si quería ser sustituido. “No”, respondía la Pulga una y otra vez. Messi se salió con la suya y jugó todo el partido, algo que Ronaldo ha hecho ya 25 veces esta temporada en Liga.

Al término del encuentro, Pep intentó justificarse: “Ha tenido una semana con pequeñas molestias. Me ha dicho que estaba bien y no le he querido cambiar”. Así empezó el bueno de Rijkaard, y miren cómo acabó el Barça y cómo terminó él. ¿El fin de ciclo está más cerca de lo esperado?