“Se ve perfectamente por la televisión, no hago ni falta. Fue una roja premeditada. En el descanso del partido le comenté al árbitro que había habido penalti a Keita y se la ha guardado. Ha hecho un duelo personal”, aseguró Piqué, al más puro estilo niño enfadado cuando le han quitado la piruleta, utilizando con toda la intención del mundo la palabra “premeditación” la actuación del trencilla en el Camp Nou.
“Nos tocó jugar con todo en contra. Debemos sobreponernos a todo pero intentaremos seguir adelanta y hacer todo lo que esté en nuestra mano para sumar de tres en tres”, finalizó Piqué.
Ahora la patata caliente está en manos de la RFEF. Las acusaciones de Piqué contra el árbitro, Velasco Carballo, son gravísimas. Si el estamento federativo fuera justo, debería sancionar a Piqué por sus palabras contra el colegiado. Si a Mourinho se le puso verde y se le machacó, verbal, económica y deportivamente, Piqué debería recibir también un castigo justo ¿Alguien se apuesta a que esto quedará impune y no habrá sanción para el culé?
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