Era un partido donde no había nada en juego, salvo la honra y el honor. Los partidos se deciden por pequeños detalles y en el caso de Portugal, ese detalle fue Pepe. Pese a que ya no sea jugador del Real Madrid, ese gen de no rendirse hasta el final lo lleva muy dentro.
Sólo así se explica que el gran héroe del partido para dirimir el tercer y cuarto puesto entre Portugal y México sea él. Corría el minuto 91 de partido y Portugal caía por 0-1, el partido concluía pero un centro desde la derecha al área iba a servir para que Pepe con la planta del pie pusiera el empate en el marcador y con ello desatara la alegría de los suyos y la tristeza en los mexicanos. Un gol que dolió más en lo anímico que en lo futbolístico y que llevaría el partido a una prórroga donde los de Fernando Santos se alzarían con la victoria y el tercer puesto tras un penalti transformado por Adrien Silva previa consulta del VAR.
México se quedó con un amargo sabor de boca tras haber sido mejor en varias fases del partido y con Ochoa siendo el héroe parándole un penalti a André Silva en la primera parte. El gol de Pepe cambió el rumbo del partido y Portugal fue mucho mejor en la prórroga y pese a quedarse con un jugador menos y las acometidas mexicanas más con el corazón que con la cabeza, la campeona de Europa pone fin a la temporada con un tercer puesto en una competición donde el recuerdo de la tanda de penaltis ante Chile sigue pesando. Mucho más mérito tiene el haber logrado ese tercer puesto sin la gran estrella de los portugueses: Cristiano Ronaldo.
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