Rosenborg pide disculpas al Valencia y retira un vídeo ofensivo





El Rosenborg noruego pidió hoy disculpas al Valencia, con el que mañana se enfrenta en la Copa de la UEFA, por el uso de la palabra "maricones" en un cursillo de castellano humorístico, que achaca a un error de traducción, y retiró de su página web el vídeo en que aparece.

El club noruego colgó en su web (www.rbk.no) estos días un curso audiovisual en 7 lecciones, impartido por el central uruguayo Alejandro Lago, en el que en tono burlón llama "chiquillas" a los jugadores "chés" por no soportar el frío y califica de "maricones" a sus delanteros. "Nuestra broma con los jugadores de Valencia se basa en un humor sin alusiones intencionadas a fe religiosa o inclinación sexual, temas con que no se debe bromear", explicó hoy el Rosenborg en su web en un doble comunicado en castellano y noruego, encabezado con un "Lo sentimos, España".

El jefe de prensa del club, Nils Heldal, afirmó que los responsables de la broma ignoraban el significado real de la palabra "maricón" en España y que Lago se limitó a leer un manuscrito elaborado por otros. El error está en la traducción de la palabra "pinglete" (cobardicas), que en la transcripción del texto aparecía como "encleques" (sic), aunque Lago decía "maricones". El Rosenborg mantiene el resto de los vídeos del cursillo, en los que se dice por ejemplo que "los jugadores del Valencia son chiquillas que no soportan grados bajo cero" o que al "pobrecillo valencianillo" le duele un tobillo.

El club noruego había advertido no obstante desde el principio que todo era una broma sin afán de ofensa. El objetivo del curso, según consta en la web, es que el hincha aprenda comentarios sobre fútbol en castellano de modo que pueda confundir a los jugadores del Valencia con su dominio del idioma.


Según señaló Heldal, a la polémica frase suprimida le sustituirá otra en la que se dirá que "los Trolitos (sic) mandan en Europa". A los jugadores del Rosenborg se les conoce como "Trollungan", palabra que en realidad se traduce en castellano como "Trolcitos", y no "Trolitos", que en países como Argentina o Uruguay significa precisamente "maricón"