Messi e Iturralde tumban a un pobre Atlético

Los rojiblancos estuvieron muy flojos mientras el Barcelona volvió a ser favorecido por Iturralde.





Incapacidad rojiblanca

Durante un minuto el Vicente Calderón se olvidó de toda la polémica surgida en la previa al choque copero. Fue el primer instante del choque, cuando en un arrebato de iniciativa irrepetible para los rojiblancos en los noventa minutos restantes, Sinama Pongolle y Maniche tuvieron sendas ocasiones ante Pinto. Todos ignoraron la ausencia tan ‘movida’ del Kun Agüero, las declaraciones en contra de Aguirre por su suplencia (más allá de los problemas del argentino este martes) y hasta el rival que había enfrente y que les había goleado en su único enfrentamiento previo de esta campaña. Sólo fue un minuto porque todo se disipó de un plumazo.

Guardiola, que avisó de que sin Etoo, Xavi o Henry también podían ganar en el Manzanares, se inquietó con semejante inicio pero la apatía atlética le iba a solucionar la noche. Bastó un cabezazo de Keita para encerrar al rival en un nerviosismo global y aprovecharse posteriormente de la falta de paciencia. El Atlético se fue del choque a los cinco minutos y poco más pudieron hacer los aficionados que pasaron la fría noche de Reyes en su butaca.

Una combinación por banda derecha entre Messi y Alves dejó al argentino habilitado para batir sin complicaciones al meta galo y casi cerrar el capítulo de una eliminatoria copera con muy pocos argumentos positivos para los madrileños. El gol hizo sentar cátedra a los culés, que sólo necesitaron presionar la salida de balón de su inquieto enemigo para sentarse a mover la pelota ante la incapacidad que tenían de frente.


Tal fue la desidia rojiblanca que los Simao, Maniche, Sinama y Pernía, aumentaron la dosis de carácter en forma de dureza, a lo que respondió (faltaría más) Iturralde González. El colegiado acribilló a cartulinas a los de Aguirre que, absolutamente perdidos y descontrolados, no encontraron mejor manera de frenar los ataques azulgranas. No hubo excesivas llegadas, ni tan siquiera momentos de tensión en el marcador, porque el gol había condenado el cruce.

Todo puede empeorar

Y todo siguió igual en la segunda mitad. Con el Atlético anestesiado y sin lograr desenmascarar sus ideas, el Barcelona prorrogó su serenidad. Un cabezazo de Touré tras una pésima salida por alto de Coupet, pudo aumentar la cuenta visitante pero el larguero lo evitó. Pero con semejante actuación local, una jugada por banda derecha iba a sacar los colores definitivamente a los de Aguirre. Alves puso un centro para Messi que el argentino quiso cabecear. Un pequeño revuelo entre Heitinga y Leo terminó con el argento por los suelos y el holandés en vestuarios tras una singular y polémica roja directa que lastró cualquier atisbo de reacción. Exagerado castigo y nuevo favor a los de Guardiola.

Un saque de esquina con despiste de la zaga visitante, reactivó la eliminatoria pues Ujfalusi, que acababa de entrar para dar más fuerza defensiva a su equipo, cabeceó entre el revuelo y la pelota terminó en la red de Pinto, que se quedó bajo palos erróneamente. Tras ello, una ocasión donde Maxi y Forlán no acertaron, dejó el empate para el limbo.

Messi, con un disparo al poste justo después, avisaba antes de lograr su tercero de la noche. Regateó la tímida salida de Coupet y tras recortar definió con pierna derecha para tumbar y dejar la eliminatoria muy cuesta arriba. Lástima Atlético. La historia se repite.