La entidad de Londres registra en este documento una facturación de 44,4 millones de libras por ingresos en días de partido, un incremento de 3,3 millones y anuncia además un aumento en los ingresos por contratos de televisión sustancial, al pasar de 4,5 millones a 28,9. No obstante, la crisis financiera mundial también ha hecho que las arcas del Arsenal se resientan, sobre todo en la ralentización en la venta de apartamentos construidos en su complejo Highbury Square.
El presidente del club inglés, Peter Hill-Wood, admitió que "sin duda, esperan varios desafíos significativos tanto dentro como fuera del campo en los próximos meses de este año financiero y los que seguirán". Mencionó que el mercado de la vivienda británico se había visto "particularmente afectado" por la situación económica. El Arsenal, que inauguró su estadio del Emirates con un préstamo a interés fijo durante 23 años, siempre ha asegurado a sus aficionados y socios que el rendimiento de sus actividades urbanísticas paralelas al fútbol no afectarían al trabajo del entrenador de la plantilla, el francés Arsene Wenger.
Hill-Wood indicó que dichas actividades "están separadas y operan de forma independiente al negocio del fútbol". "Esto siempre ha sido un aspecto crucial que nos permite desarrollar el equipo de fútbol con, por ejemplo, el fichaje de Andrey Arshavin, independientemente de las condiciones difíciles en las que tiene que operar nuestro grupo de negocios de la propiedad".
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