España ya huele a Mundial

Gran faena de la selección con gol del triunfo de Riera en el minuto 91





 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La victoria no fue nada fácil. España tuvo que salvar la agresividad turca, con entradas que rayaron la violencia, remontar un 1-0 y ganar por fútbol. Su última derrota data del 15 de noviembre del 2006, que la sitúa en el primer puesto del ranking FIFA. El triunfo logrado en Estambul la deja a dos puntos matemáticos de Sudáfrica, y ya nadie sabe como frenar a este equipo.

España amainó bien el temporal anunciado por los turcos. Bien no, muy bien porque se hizo dueña del medio del campo con un rival que abría más el terreno de juego respecto al encuentro de hace unos días en Madrid. Sin embargo a su fútbol le faltaba pegada con un Torres errático y muy solo en la punta de ataque. Aún así imponía su fútbol de toque salvando la agresividad de un rival que no reparaba en arrollar a quien hiciera falta ante la permisividad de un colegiado gesticulante pero sin autoridad.

LA FICHA

Turquía: Volkan Demirel; Gokhan Gonul, Emre Asik, Hakan Balta, Uzulmez; Mehmet Aurelio, Emre Belozoglu; Tuncay, Ardan Turan (Sahin Nuri, 87'); Nihat (Karadeniz, 77') y Senturk (Sabri 81').

España: Casillas; Sergio Ramos, Marchena, Piqué, Capdevila; Senna (Cazorla, 66'), Xabi Alonso; Silva (Busquets 73'), Xavi, Riera; Torres (Güiza 85').

Goles: 1-0, Senturk (25’). 1-1, Sabi Alonso de penalti (62'). 1-2, Riera (91')

Árbitro: Michael Riley, de Iglaterra. Amarilla a Uzulmez (37’), Emre Asik (41’), Xavi (46’), Senturk (55'), Sergio Ramos (63'), Belozoglu (89').

Campo: Ali Sami Yen. Luis Aragonés estuvo en el palco. Minuto de silencio en memoria de los fallecidos en Costa de Marfil el pasado fin de semana. El público turco pitó el himno español, en correspondencia a lo sucedido hace cuatro días en el Santiago Bernabéu. En el 1-0 las bengalas convirtieron el estadio en una humareda.

Marchena, Silva y Riera sustituían a Albiol, Villa y Cazorla respecto al once del Bernabéu, dando más circulación y control al juego español pero sin muchas referencias arriba, al jugar con un solo delantero y mantener el resto su posición con la línea del balón como referencia en ataque. España ponía el talento pero el músculo turco y la ceguera del inglés equilibraban la contienda.

Ocasiones y gol en contra

Riera puso a prueba a Volkan Demirel con un disparo desde el borde del área. Poco después Torres fallaba penosamente un tiro franco desde el punto de penalti, pero esta muestra fue la constante del delantero del Liverpool. En defensa España hacía aguas por el centro, sobre todo en balones a las espaldas de Marchena y Piquet, del que los profetas ya dicen que será el nuevo Bekenbauer. Pues se comió un pase a su espalda que le llegó a Tuncay Sanli, que salvó la salida desesperada de Casillas con un toque suave a Senturk empujó al fondo de la portería.

El 1-0 era injusto de todas las maneras. Un castigo exagerado para un equipo que había tenido más presencia en el juego, pero que se tambaleaba en el remate, y en cerrar las escasas internadas turcas hacia las inmediaciones de Casillas. Y por ahí se le escapó el primer tiempo a España, que se fue al vestuario con 1-0 en contra.

Pocas novedades y empate de penalti

El partido regresó vivo, pero con la misma tónica del primer tiempo. Los turcos apretaban y salían al contragolpe aprovechándose de ese boquete en el centro de la defensa. Torres seguía solo en ataque y España tocaba pero sin encontrarle, al margen de que el balón estaba más repartido que en la primera parte. Y sí, los turcos elevaban el tono de su fútbol agresivo que ya era violento sin que el inglés Riley fuera capaz de cortarlo salvo con tarjetas amarillas.

Y llegó el empate en una clara mano tras un remate churro de cabeza de Torres, que Ulzumez interceptó con la mano. Riley pitó el penalti pero se olvidó de la amarilla, que hubiese supuesto la expulsión del turco. Xabi Alonso se encargo de lanzarlo y empatar el encuentro. Un gol que hacía justicia, no mucha, pero ponía las cosas en su sitio.

Otro decorado y más espacios

El encuentro cambiaba. Turquía necesitaba ganar o sus aspiraciones de acudir al Mundial menguaban. Dio un paso al frente y dejó espacios por donde se colaban los españoles. Un pase genial de Xavi a Torres fue desaprovechado por el delantero del Liverpool de una manera infame, demostrando que tiene más nombre que fútbol. Poco después quiso congraciarse con un disparo desde el borde del área, pero Volkan Demirel despejó el balón a córner.

Del Bosque se mostró precavido, le valía el empate y con Senna tocado le sentó por Cazorla, y tiró de Busquets por Silva. Más consistencia en el centro del campo para asegurar un resultado que nos acerca más a Sudáfrica. Los turcos apretaron con más corazón que cabeza, ante un contrario ordenado que pasó algún que otro apuro en balones dentro del área, especialmente en los últimos minutos en los que todos teníamos el corazón en un puño ante la ruleta de nuestra defensa.

Pero el golpe de gracia estaba por llegar. Sin el inútil de Torres y con Güiza en su lugar, una contra del delantero jerezano valió para servirle un balón de oro a Riera para que hiciera el 1-2. Era el gol que hacía justicia a las diferencias futbolísticas entre uno y otro equipo, y que premiaba el talento ante el músculo.