El Tenerife cumplió en su presentación

Sin errores defensivos de bulto y con fases de buen fútbol el conjunto chicharrero sacó un aprobado alto en un encuentro sin demasiada chicha, en la línea de todo el periodo de preparación en el que no se ha medido a un solo representativo de Primera División. A una semana justa para el arranque liguero y a la espera de más refuerzos que los de Bellvis, Núñez y Román Martínez, el conjunto isleño salió dispuesto a disipar las dudas que generaron sus actuaciones frente a la Real Sociedad, Elche y Cartagena, y a fe que la imagen dada fue muy distinta.

Los de Oltra no tardaron mucho en adueñarse de la situación gracias a una aseada circulación del balón, aunque contaron con la complicidad de un NEC muy blando en la presión y pésimo a la hora de tirar la línea del fuera de juego. El tanto inaugural llegó en una acción por el centro en la que Richi recuperó y asistió en profundidad a Nino, quien con toda la facilidad del mundo se plantó solo en el área visitante y batió por bajo al meta Babos. En una jugada casi calcada pudieron los blanquiazules engordar su renta, esta vez con Kome en el papel de asistente y Saizar de rematador, pero el resultado no fue el deseado porque el balón no encontró el camino de los tres palos.

Pasado ese momento de inspiración el Tenerife se limitó a controlar la situación como si un partido con puntos de por medio se tratara, algo más replegado en sus dominios y dedicado a desmontar las tímidas acometidas de su adversario. Todo el bagaje atacante del NEC fue un libre directo ejecutado por Van Beukering en la frontal del área que atrapó con seguridad Aragoneses (minuto 33), aunque tampoco el Tenerife fue demasiado generoso, ya que salvo un penalti que reclamó Nino y que no vio el colegiado, de resto no hubo nada de nada.

El escaso público que asistió al Heliodoro agradeció la actitud de los dos equipos a la vuelta de vestuarios. Menos de cinco minutos tardó el NEC en cuestionar la superioridad local con una combinación al primer toque que dejó solo a El Kabir, pero éste perdió el equilibrio a la hora de rematar. El Tenerife recogió el guante e hilvanó una jugada colectiva que Kome culminó con un cabezazo que salió cerca del travesaño. A la segunda que tuvieron no perdonaron los chicharreros. Bellvis ganó la línea de fondo y asistió a Nino, cuyo remate rechazó Babos y el balón suelto lo envió a la red Román Martínez. Ahí se disiparon todas las opciones del conjunto holandés y con ellas la poca dosis de emoción que podía albergar el partido, que se consumió sin más sobresaltos.