El Barcelona ha confeccionado, tras la disparatada política de fichajes de este verano, una de las plantillas más cortas de toda su historia. Si bien es cierto que al equipo se han incorporado tres caras nuevas (Maxwell, Ibrahimovic y Chygrynskyi), también es verdad que hombres que daban profundidad al banquillo como Hleb, Gudjohnsen, Sylvinho, Jorquera y Eto'o han sido dado de bajas para dar paso a canteranos que aún tienen mucho que demostrar en esto del fútbol.
SÓLO 22 FICHAS DISPONIBLES
De las 22 fichas que que los blaugrana tienen para esta temporada, dos de ellas pertenecen a los dos porteros que actualmente tienen en plantilla (Víctor Valdés y Pinto). Es decir, Guardiola tiene a su disposición a sólo 20 hombres de campo. A ello hay que sumarle que el argentino Milito, que nadie sabe cuando va a volver a jugar, también ocupa plaza en el primer equipo, y que Touré y Keita serán baja alrededor de un mes por tener que disputar la Copa de África. En definitiva, una plantilla muy corta de efectivos y con pocas garantías de afrontar con éxito las cuatro competiciones a las que opta.
Pero lo más sangrante de todo esto no es la escasez de componentes del banquillo culé, sino la escasa calidad de la mayoría de sus componentes. Maxwell viene de ser suplente en el Inter de Milan, y ni siquiera ha debutado con la Selección de Brasil. De Chygrynskyi, ¡qué vamos a decir!, un perfecto desconocido que aspira a convertirse en el sucesor de otras joyas blaugrana como Christanval, Andersson o Cáceres en lo que a jugadas disparatadas se refiere. Además, tenemos los casos de Bojan y Jeffren. El primero, tras su fulgurante irrupción, ha sido más noticia por su desplantes a la Selección Española que por sus actuaciones en los terrenos de juego. Y respecto al venezolano, es un jugador todavía muy verde no sólo para el Barcelona, sino para cualquier conjunto de Primera División.
EL BANQUILLO DEL MADRID
Así, en el supuesto de que el resultado esté en contra, mientras el Madrid puede tirar de jugadores como Granero, Guti, Higuaín o Van Nistelrooy, Guardiola tiene que conformarse con las 'joyitas' de la Masía, que al igual que los diamantes que venden en los mercadillos, brillan mucho pero lucen poco.
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