Villa se llevó el balón gracias a Reina





Pepe Reina fue el improvisado traductor en su intento para que el árbitro austríaco Konrad Plautz le entregase el balón a David Villa, como dicta la tradición después de que un jugador logre tres goles. Una ley no escrita, que nace en el fútbol británico, señala que aquel que marca tres goles tiene derecho a llevarse el balón, que posteriormente acostumbran a firmar todos sus compañeros de equipo. No debió entenderlo así Plautz, gerente de empresa de maquinaria y director de teatro aficionado, cuando Villa se dirigió a él en busca del esférico, a la conclusión del encuentro en el que el asturiano firmó tres de los cuatro tantos contra Rusia (4-1).

Plautz se resistió a entregarlo, por ser la máxima autoridad o quizá pensando en que podría presentarlo como reclamo electoral en los comicios regionales tiroleses a las que se presenta el próximo domingo, dentro de la lista del Partido Popular Austríaco (ÓVP). Como no lograba hacerse entender, el "Guaje" recurrió primero al centrocampista del Liverpool Xabi Alonso, que en inglés trató de explicar la cuestión al árbitro, un colegiado con el que ya tuvo ocasión de discutir durante la semifinal de la Liga de Campeones que le dirigió contra el Chelsea, aquella que prolongó el tiempo justo para que el noruego John Arne Riise introdujese el balón en su portería.

No hubo forma, Plautz dijo que él iba a salir del terreno de juego con el balón, pero camino de los vestuarios encontró a Reina, otro que ya tenía experiencia en discutir con el austríaco, que le convenció que, una vez a cubierto, le diese a Villa el trofeo merecido.