Desde que el italiano se sentara por primera vez en el banquillo madridista siempre ha puesto una sonrisa a cada problema que la temporada le ha ido planteando. Lo hizo el año pasado y lo está haciendo esta temporada, pese a que acaba de ‘perder' a su hombre más importante en el centro del campo para los próximos 3 meses.
Es cierto que el italiano lleva dos temporadas en el conjunto blanco, que en ambas ha contado con plantillas ciertamente impresionante, pero el madridismo recuerda que en otras épocas, en el banquillo ‘habitaban' entrenadores quejicas, que pedían fichajes al mínimo contratiempo y que no sabían sacar lo mejor de su plantilla.
La pasada temporada, cuando mejor jugaba el equipo, Ancelotti perdía a Sami Khedira para toda la temporada. El alemán se lesionaba justo una semana después de que el Madrid desplegara su mejor partido de lo que iba de curso ante la Real Sociedad. Pero ‘Carletto' no se arrugó, varió el sistema, colocó a Di María como interior y el equipo fue un ciclón que terminó por llevarse Copa y Liga de Campeones.
Y llegaba el verano de 2014; el Real Madrid fichaba a James y Kroos y continuaba contando con Xabi Alonso y Di María; pero ambos emigraron, y Ancelotti tuvo que ‘convencer' a James que él también podía ser un interior de recorrido. No solo lo ha logrado, sino que ha convertido al colombiano en un jugador absolutamente vital.
Con la lesión de Modric, el italiano ha realizado su ‘penúltimo' milagro. No se le vio ni un ‘lloro', ni una petición al club. Acababa de perder a su mejor hombre en la medular y ‘Carletto' ni se inmutó. Isco era la solución. Y le salió bien, como no podía ser de otra manera. Porque Ancelotti es el ‘obrador' de milagros, pero no a base de rogar sino de trabajar.
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