Tévez o el guerrero de Chamartín





Carlos Tévez nació en el conflictivo y deficiente barrio de Fuerte Apache, en la megalopolis por excelencia de Argentina, la pobladísima y futbolera Buenos Aires. Allí, entre incontables excusas para dejarse llevar por la mala vida y por todo aquello que genera violencia descontrolada, creció y se crió el delantero del Manchester United. Un inmejorable paraíso para hacerse mayor antes de tiempo y para asegurarse un carácter duro de pelar y a prueba de bombas.

Esa forma de madurar desde sus primeros días de vida, cuando una quemadura le dejó la cara ‘hirviendo’ y notablemente demacrada, la ha llevado al césped. Incansable, tremendamente luchador y tenaz con sus metas, el que fuera ídolo de la Bombonera, goleador en Corinthians y valuarte del estilo ofensivo del United, pretende ahora seguir su carrera en el Real Madrid, que ya le ha contactado.

El argentino no entra en los planes de Ferguson pero sí lo hará en los del cuadro blanco (con Florentino o con quien sea), porque nadie puede ignorar que ese carácter curtido a base de ‘palos’ en su infancia, gustará en el cuadro blanco. Sería un excelente segunda punta, una alternativa más para Juande en la banda y un hombre veloz, constante y tremendamente impulsivo, algo que el Bernabeu (como sucede con las carreras incansables de Raúl), sabría valorar mejor que nadie.

El ‘Apache’ ha dado un paso adelante y el siguiente le llevará directamente desde su barrio bonaerense a la Castellana. La bala ya está disparada y sólo falta que toque cuerpo.