A Platini no le gusta el fútbol limpio





Tras unos años en la poltrona a este excelente futbolista y dudoso gestor, se le ha subido el poder a la cabeza. Tanto que quienes representan bien ese papel de perrillo faldero que él desempeñó con Blatter, reciben todas las pleitesías de las que tiene guardadas UEFA para pelotas y buenos lacayos.

No voy a señalar a ninguno porque todos saben quienes hacen de un arte arrimar bien el ascua a su sardina, pero Platini está llevando la gestión de UEFA al extremo más extremista conocido. Rearbitra partidos; premia a árbitros que ayudan a sus lacayos; castiga y persigue hasta la extenuación a quienes no le ríen sus malditas gracias. Es, en definitiva, un tipo triste y peligroso.

Sólo desearía que quienes ponen el circo continental, que no son otros que los clubes, acaben con esta farsa de organización que sólo perjudica a un deporte tan grande como es el fútbol. Morralla como Platini no debería caber en ningún aspecto de la vida pública, porque su partidismo es tan flagrante que acaban con la ilusión de millones de seguidores.

Esta temporada ha perseguido al Atlético de Madrid porque un ultra la montó en el Calderón, pero como era francés Platini se saltó todas las normas para dar gusto a sus amiguetes. Al Chelsea lo ha hundido en todos los aspectos: lo eliminó él de la semifinal de la Liga de Campeones con un árbitro al que ha premiado metiéndole en la lista provisional para el Mundial de Sudáfrica y ahora ha castigado al club inglés a no fichar por algo que han podido hacer muchos clubes. Pero su gran objetivo es fastidiar como sea el Real Madrid, de ahí que su intención es buscar la forma de que no llegue a mayo con opciones de nada.


Ha dicho: “Pérez lo quiere ganar todo y para eso ha fichado a tantas estrellas, pero ya veremos qué pasa en mayo”. Dentro de nueve meses es posible que los madridistas pueden echar sapos por la boca, porque este francés podría poner todo su arsenal a punto para fastidiar al equipo blanco. No descarten que se invente otro árbitro como el noruego Tom Henning Ovrebo. Y es que a Platini ni le gusta ni le interesa el fútbol limpio, sólo se preocupa por sí mismo y sus perritos falderos.