De bien nacido es ser agradecido. Y Del Bosque debería aplicarse el cuento. Si bien es cierto que el Real Madrid no procedió del todo bien en la salida del entrenador salmantino, el ‘marqués’ tampoco se ha portado con el club, que humildemente ha sabido rectificar. El seleccionador es historia viva del club blanco, y como tal debe ser consciente de que hay millones de aficionados que desean ver esa reconciliación. A pesar de que también los hay y muchos decepcionados con su forma de actuar. Entre los que me incluyo.
Es el resentimiento lo que está cegando a un Del Bosque que en el fondo está deseando aceptar los honores que se le concede por un madridismo de toda la vida. Las dos partes se han equivocado, pero de momento sólo una ha tratado de dar marcha atrás. Mientras, la otra no lo está poniendo nada fácil. Con aparición tras aparición en medios de comunicación publicando lo mal que le han tratado, si le dijeron esto o le dijeron aquello.
Trapos sucios que no vienen a cuento después de casi diez años, y que no hacen otra cosa que tensar aún más el ambiente. Si algo tiene de especial el Real Madrid es que su grandeza emana del propio club, de la filosofía que ha mantenido a lo largo de sus años de historia. Si no acepta el reconocimiento, Del Bosque no estará actuando como un madridista. Lo estará haciendo desde el rencor, traicionando todo lo que le enseñaron en Chamartín; y, a pesar de ser uno de los hombres más humildes del mundo del fútbol, estará actuando desde la prepotencia que supone el sentirse demasiado importante aún siéndolo. Insisto, Vicente debe aceptar. Será la única forma de que una figura tan importante en la historia madridista no quede empañada.
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