Ya sé que aún faltan tres años para que expire la vinculación contractual de Cristiano Ronaldo con el Real Madrid. Mucho tiempo para empezar a preocuparse por el futuro del portugués, por el que clubes como el Manchester City sueñan con despojarle de la zamarra merengue a cambio de una buena cantidad de libras esterlinas. Pero el madridismo no debe preocuparse por los sueños imposibles de jeques y multimillonarios que creen que con un puñado de billetes se puede cambiar la voluntad de los futbolistas.
Y es que Cristiano Ronaldo quiere seguir vinculado a este club. Y Florentino Pérez debe plantearse seriamente el tener un gesto de este tipo con el crack de Madeira. Y sólo una renovación de por vida compensaría el extraordinario rendimiento dado por el delantero luso en los cerca de tres años que lleva vinculado al Real Madrid. Casi nadie se acuerda de los 96 millones de euros que el club pagó al Manchester United para hacerse con sus servicios, y la fama que algunos quisieron ponerle de jugador egoísta y conflictivo ha quedado reservada únicamente para los panfletos deportivos nacional barcelonistas, medios en los que la envidia y la mentira son su única razón de ser.
Es verdad que hasta el momento tan sólo ha ganado un título desde que milita en la disciplina merengue. Pero sus inmejorables cifras goleadoras, unido al pundonor y a la entrega que le pone en cada uno de los partidos, le hacen merecedor de seguir vistiendo la camiseta del Real Madrid el resto de su carrera profesional. Y es que las renovaciones se ganan a base de esfuerzo y de buenas actuaciones en el terreno de juego, no con chantajes y amenazas de abandonar el club el próximo verano, que es lo que Higuaín y Di María quieren defender…
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