Por una vez, vamos a hacer caso del falso discurso de Pep Guardiola: no vamos a hablar de árbitros. Si lo hiciéramos la mayoría estaríamos de acuerdo en quién tiene más posibilidades. Sin embargo, vamos a hablar de las opciones de cada equipo para llegar a la final de Múnich sin tener en cuenta factores externos. Es cierto que el Bayern será un hueso duro de roer, seguramente el rival más competitivo de toda la Champions esta temporada, aparte de Madrid y Barcelona. Una eliminatoria igualadísima, aunque todo hace indicar que los blancos están un escalón por encima. Sin confianzas, con seriedad, el Real Madrid debe estar en la final. Pero habrá que sudar de lo lindo para lograr ese premio.
En el caso del Barcelona, el Chelsea es un rival más que asequible teniendo en cuenta todos los factores. De haber podido elegir, hubiera preferido Milan y Chelsea antes que Apoel y Bayern. Aún así, los blues podrían llegar a complicar la vida a los azulgrana con un poco de suerte. Desde que se marchó Villas Boas, muchas cosas han cambiado en Stamford Bridge. En cualquier caso, todo parece encaminado a que el Real Madrid y el Barcelona se enfrenten en esta final de la Champions, el 19 de mayo en el Allianz Arena. El clásico de los clásicos en el partido de los partidos. Una cita con la historia que paralizará el mundo del fútbol. Ni punto de comparación con la final de Copa del año pasado. No adelantemos acontecimientos, primero la semifinal. Pero sólo de pensarlo se me ponen los pelos como escarpias...
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