Todo comenzó allá por el mes de Octubre, ante el Olimpic de Xátiva. En la ida, el Madrid no pudo marcar gol en un encuentro que disputó en un césped artificial, ante un rival encerradísimo atrás y con pocas ganas de atacar. En la vuelta, victoria por 2-0 con goles de Illarramendi y Ángel Di María.
En octavos de final, dos victorias y ningún gol en contra; en la ida 2-0 contra Osasuna, mismo resultado que lograron la vuelta en El Sadar, gracias a los goles de Cristiano Ronaldo y Ángel Di María. En cuartos de final, el Espanyol plantó cara, pero ambos partidos fueron vencidos por el Madrid por 1-0. Benzema anotó en la ida disputada en Cornellá mientras que Jesé marcaría en la vuelta.
Y llegaría el plato fuerte de la Copa llegaría en las semifinales; el Atlético de Madrid llegaba con todas las de ganar, pero el Real Madrid vencería 3-0 en la ida con mucha facilidad; la vuelta fue un mero paseo resuelto también con victoria por 0-2. En la final, todos sabemos lo que ha pasado. Una copa ‘inmaculada' que ya está en las vitrinas merengues.
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