El Real Madrid fichó a James Rodríguez este verano por 80 millones de euros después de haber sido uno de los mejores futbolistas del Mundial de Brasil. Sin embargo, esta historia podría haber sido muy diferente si en el año 2010 el Manchester United, o mejor dicho, su entrenador por aquel entonces, Alex Ferguson, hubiese estado listo y hubiese pagado sólo siete millones de euros por el centrocampista colombiano.
Todo ocurrió cuando James Rodríguez jugaba en Argentina, en Banfield. Alex Ferguson se puso en contacto con el conjunto argentino y puso sobre la mesa una oferta de siete millones de euros para hacerse con los servicios del ahora jugador del Real Madrid. El club le pidió unos días para estudiar la oferta, ya que tenía más propuestas, pero en ese momento el Manchester United no quiso esperar y retiró la oferta y fichó al portugués Bebé, que ahora está cedido en el Benfica.
Alex Ferguson pecó de soberbia y echó por tierra el fichaje de James Rodríguez por siete millones de euros, una cifra que parece de risa comparada con el precio que ha pagado este verano el Real Madrid por el colombino. Al final, el Manchester United se quedó con Bebé, que resultó ser un auténtico fiasco, y el Oporto se llevó al que ahora es una de las estrellas del club blanco.
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