Cristiano, molesto por la incomprensión arbitral

El portugués considera que los colegiados españoles no le protegen de los rivales


Cristiano Ronaldo




El madridista se siente incomprendido por los árbitros, pues considera que estos muchas veces permiten que las defensas rivales excedan el reglamento para minimizar su juego. Él es el mejor del mundo y como tal en cada partido debe soportar marcajes muy férreos e incluso dobles que no siempre se mantienen dentro de los límites del 'fair play', por lo que durante años ha tenido que hacer gala de su paciencia para no 'explotar' en cada partido. Y es que hay que tener en cuenta que Cristiano Ronaldo es humano y en cada encuentro - especialmente si es a domicilio - debe aguantar estoicamente insultos, patadas, agarrones y golpes.

De hecho si hay algo que molesta al portugués es el 'juego subterráneo' del rival. Al de Madeira le disgusta mucho que le agarren de forma desproporcionada o que le dejen 'recados' en forma de pequeños golpes o tarascadas. Es una de las pocas cosas que a estas alturas de su carrera le sigue sacando de sus casillas, y buena prueba de ello es que sus cinco expulsiones con el Real Madrid han tenido el mismo denominador común: un agarrón, falta o golpe previo cuando él intentaba jugar el balón legalmente.

Esto es lo que pasó en su primera expulsión en 2009 ante el Almería, cuando vio una segunda amarilla por responder a una agresión previa de Ortiz. Posteriormente en 2010 también fue expulsado en un lance con Mtiliga, ya que le soltó el brazo cuando el defensa le agarraba de forma antideportiva. Más tarde, en 2013 vio la roja en la final de Copa ante el Atlético de Madrid por revolverse y responder tras una feísima entrada de Gabi. Y en la penúltima roja, en febrero pasado en San Mamés, acabó en la ducha después de que Iturraspe y Gurpegi se le encararan y sufriera algún que otro flagrante agarrón durante el partido. Son todas jugadas que recuerdan a lo sucedido el sábado pasado en Córdoba, donde Cristiano fue expulsado tras haber sido objeto de un clarísimo penalti - por doble agarrón - ante la indiferencia del colegiado.

Por eso el delantero cree que en estas jugadas los colegiados no supieron controlar este juego marrullero de sus rivales antes de que él acabara enfadándose. Él es el primero que sabe cuándo se equivoca y en todas estas ocasiones asume la responsabilidad de sus excesos, pero también considera que fue objeto de provocaciones inadmisibles que no fueron castigadas con justicia. Aunque también se ha empezado a hacer la idea de que esta 'incomprensión' que siente no va a cambiar, pues en cinco años y medio que lleva en España no lo ha hecho. Así que su intención es intentar controlarse en los próximos partidos para que su impotencia y desesperación no aflore y perjudique al equipo, por mucho que sus rivales intenten buscarle las 'cosquillas' en cada partido.